Desde la semana 34, el consejo universal es que las mujeres permanezcan en la ciudad en que será su parto, dejen de manejar –pues aumenta el riesgo de accidentes– y no tengan vida sexual, ya que puede aumentar el riesgo de rotura de membranas, adelantar el trabajo de parto o provocar infecciones.
La Dra. Paula Correa, ginecoobstetra, explica algunos síntomas a los que hay que prestar especial atención durante el embarazo y particularmente durante el último trimestre. Las siguientes instancias ameritan consultar en un Servicio de Urgencia.
El sangrado es el motivo de consulta que requiere mayor urgencia, pues en el tercer trimestre de embarazo esta sintomatología puede hablar de patologías placentarias que podrían llegar a ser graves, como el desprendimiento prematuro de placenta o una placenta previa sintomática.
La pérdida abundante de líquido vía vaginal puede deberse a una rotura prematura de membranas. Este es un evento que ocurre en cerca del 10% de las mujeres embarazadas y en 30% de los partos prematuros. La rotura de las membranas determina un mayor riesgo de infección y la probabilidad de que se inicie el trabajo de parto.
En este periodo el feto es bastante activo y tiene ciclos de sueño y vigilia. La actividad fetal es sinónimo de bienestar y cada niño tiene su propio patrón de movimientos identificados por la madre. En general, estos son mejor percibidos durante la noche. Si la frecuencia o intensidad de los movimientos baja o cambia de forma importante su patrón, se debe consultar y evaluar el bienestar fetal. Lo habitual es que se den 5 a 10 movimientos por hora, pero esto es variable según el momento del día.
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