Durante el crecimiento de los niños, el pediatra se encarga de acompañar, diagnosticar y aconsejar a los padres en su desarrollo, asegurándose que su crecimiento esté dentro de lo esperado para su edad.
Tras el parto, el recién nacido es recibido por un pediatra neonatólogo quien lo ve desde el primer minuto de vida y luego diariamente antes del alta. Según explica la Dra. Karen Apablaza, pediatra, luego de eso, vienen los controles sanos ambulatorios. “Estos son mensuales hasta los 6 meses, cada 2 meses hasta el año, cada 3 meses hasta los 2 años y cada 6 meses hasta los 3 años. Luego, son anuales”.
Es importante mantener los controles con el pediatra para asegurarse que el crecimiento y desarrollo sea el esperado para su edad y también diagnosticar y/o derivar a tiempo con especialistas según sea necesario.
Para la elección del pediatra, hay muchos factores en juego, como recomendaciones de personas conocidas, cercanía con el centro de salud, convenios y seguros de salud, entre otros. Sin embargo, uno de los más importantes es la empatía y confianza que el pediatra le pueda entregar a los padres.
“Lo más relevante es que los papás se sientan en confianza con él o la pediatra de su hijo, pues será quien los acompañará en una etapa crucial en la vida de su hijo”, concluye la especialista.
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