Durante estos meses, la grasa corporal de la guagua aumenta significativamente y sus pulmones a los 6 meses ya iniciaron la producción de surfactante, lo que permite que su función respiratoria sea de forma autónoma.
Alrededor de las 31 semanas, parte de su cerebro puede controlar la temperatura del cuerpo y está cubierto por el lanugo, un vello que es suave, poco pigmentado y crece sobre los hombros, orejas y espalda. Este, desaparece totalmente en sus primeras semanas de vida.
En la semana 34, él también ya ha desarrollado sus patrones de sueño más semejantes a los definitivos y terminado con el crecimiento de todos sus órganos.
La madre, por su lado, tendrá contracciones de Braxton Hicks mucho más frecuentes y evidentes, pues sus músculos uterinos estarán haciéndose presentes. Sobre todo, al terminar alguna actividad física, pasar por algún tipo de estrés o mantener relaciones sexuales. Los dolores lumbares también pueden agravarse.
Durante el octavo mes las ganas de dormir y descansar pueden aumentar, lo ideal para esto es desconectarse de aparatos electrónicos. También pueden aparecer ciertos mareos e inestabilidad por la presión arterial. La constipación es incluso más frecuente y favorece la aparición de hemorroides.
Sin duda, las ganas de orinar se verán incrementadas, durante el día y la noche por la presión del útero sobre la vejiga. Antes de acostarse, se recomienda disminuir el consumo de líquidos y vaciar completamente la vejiga antes de dormir.
Puede haber insomnio, dolor e hinchazón de las extremidades y presión en la pelvis. Las mamas comenzarán a secretar un líquido blanquecino o amarillento que es muy espeso, conocido como calostro, que tendrá un rol esencial en la alimentación de los primeros días del recién nacido.
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