Actualización al 2020
La bursitis es un trastorno inflamatorio doloroso que afecta a una bursa. Esta es una pequeña bolsa con líquido en su interior que proporciona amortiguación a los huesos, tendones y músculos que se encuentran alrededor de las articulaciones.
La bursitis ocurre cuando el tejido sinovial que contiene se inflama, pudiendo llegar a acumular una cantidad significativa de líquido. Esta patología puede ser provocada por deportes de contacto o por movimientos repetitivos de forma frecuente.
Los principales síntomas de la bursitis son dolor a la palpación de la bursa afectada y cuando se mueve la articulación.
En algunos casos más graves la persona afectada puede presentar dolor incapacitante, hinchazón y enrojecimiento en la articulación o hematomas e incluso fiebre cuando existe infección.
La bursitis se produce por irritación del tejido sinovial, ya sea por contusión o por movimientos de fricción repetidos, como, por ejemplo:
Al apoyarse sobre los codos.
Al elevar el brazo encima de la cabeza repetidas veces, como en natación, deportes de raqueta, gimnasia, pesas.
Arrodillarse por períodos largos.
También puede deberse a una enfermedad reumatológica como la artritis reumatoides, gota e incluso a infecciones.
Para diagnosticar la bursitis el médico preguntará al paciente sobre sus síntomas y realizará un completo examen físico. De ser necesario, se complementa el estudio con una ecografía, una resonancia magnética, un análisis de sangre o un análisis del líquido de la bursa inflamada por medio de una punción.
Por lo general, cuando la bursitis se debe a una lesión o al uso excesivo de una articulación, los síntomas mejoran con reposo, aplicación de hielo y la ingesta de analgésicos o antiinflamatorios para aliviar el dolor y la inflamación. Sin embargo, en otros casos cuando la bursitis se debe a una infección, debe ser tratada con antibióticos que controlen y prevengan la propagación de la infección.
El médico podría recomendar fisioterapia. El objetivo de este tratamiento es aliviar el dolor y prevenir la reaparición de la bursitis. También, se podría recomendar el uso temporal de dispositivos de asistencia como un bastón o cabestrillo que ayuda a aliviar la presión de la zona afectada.
Otro de los tratamientos para esta patología son las inyecciones de corticoesteroides que ayudan a aliviar de manera rápida el dolor y la inflamación.
En casos menos frecuentes, es necesario drenar quirúrgicamente la bursa inflamada o extirpar la bursa afectada mediante cirugía.