Tipos de cefalea
El dolor de cabeza se clasifica en dos grupos: cefalea primaria y cefalea secundaria.
- Cefaleas primarias: corresponden a aquellos cuadros en los que el dolor de cabeza es la enfermedad en sí misma como, por ejemplo, migraña, cefalea tensional, cefalea crónica, cefalea en racimos. Representan entre el 80 y 95% de los dolores de cabeza.
- Cefaleas secundarias: el dolor de cabeza es síntoma de otra patología como trastornos craneales, cerebrales o infecciones. Corresponden al 5 a 20% de las cefaleas.
En Clínica Universidad de los Andes contamos con médicos especialistas en Neurología, preparados para el diagnóstico, prevención y tratamientos de las cefaleas.
¿Qué causa las cefaleas?
Las cefaleas pueden ser causadas por una variedad de factores, desde condiciones médicas subyacentes hasta factores ambientales y estilo de vida. Algunas de las causas más comunes de las cefaleas son:
- Tensión muscular: principalmente en el cuello, los hombros y la cabeza.
- Trastornos del sueño: por ejemplo, bruxismo y apneas del sueño.
- Problemas de salud mental: entre ellos, estrés, ansiedad o depresión; estos cuadros pueden desencadenar cefaleas tensionales o migrañas.
- Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual, pueden desencadenar migrañas.
- Factores ambientales: el ruido fuerte, la luz brillante, los cambios en el clima y otros factores ambientales pueden desencadenar cefaleas, en particular migraña.
- Consumo de ciertos alimentos y bebidas: algunas personas son sensibles a ciertos alimentos y bebidas, como el alcohol, el chocolate, el queso, los alimentos procesados, glutamato monosódico, nitritos, la cafeína y los edulcorantes artificiales.
- Postura incorrecta: mantener una postura incorrecta durante periodos prolongados, como estar sentado frente a una computadora durante muchas horas, puede causar tensión en los músculos del cuello y la cabeza.
- Problemas de la vista: la fatiga ocular y los problemas de visión no corregidos pueden contribuir a la aparición de cefaleas.
- Condiciones médicas subyacentes: algunas patologías como la sinusitis, la hipertensión arterial, los trastornos vasculares, las infecciones y los problemas neurológicos, pueden causar cefaleas.
- Falta de sueño: el sueño insuficiente o de mala calidad puede desencadenar cefaleas tensionales o empeorar las migrañas. Asimismo, hay cefaleas que se gatillan durante el sueño, como cefalea en racimos y cefalea hípnica.
¿Cuáles son los factores de riesgo de desarrollar cefalea?
Existen varias condiciones y situaciones que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cefaleas. Algunos de los factores de riesgo más comunes son:
- Historia familiar: las personas con antecedentes familiares de cefaleas, especialmente de migrañas, tienen un mayor riesgo de presentar dolor de cabeza.
- Sexo: las mujeres tienden a experimentar cefaleas, especialmente migrañas, con mayor frecuencia que los hombres. Los cambios hormonales asociados con el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia pueden influir en este riesgo.
- Edad: algunos tipos de cefaleas, como las migrañas, tienden a ser más comunes en ciertas etapas de la vida, como la adolescencia y la adultez temprana.
- Estilo de vida: factores como una dieta poco saludable, falta de ejercicio, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo pueden aumentar el riesgo de dolor de cabeza. También una mala higiene del sueño.
- Uso de medicamentos: algunos fármacos, como los analgésicos de venta libre, los medicamentos para la presión arterial alta y para la depresión, pueden aumentar el riesgo de desarrollar cefaleas por sobre uso de medicamentos o por efectos secundarios.
- Exposición a factores desencadenantes: la exposición repetida a factores desencadenantes conocidos, como ciertos alimentos, cambios en el clima, luces brillantes o ruidos fuertes, puede aumentar el riesgo de desarrollar cefaleas en algunas personas.
Es importante tener en cuenta que los factores de riesgo pueden variar de una persona a otra y que la presencia de uno o más factores de riesgo no siempre significa el desarrollo de cefaleas. Sin embargo, conocer estos factores puede ayudar a tomar medidas para reducir el riesgo o manejar las cefaleas de manera más efectiva.
¿Cuáles son sus síntomas?
Cefalea tensional:
- Sensación de presión o tensión en la cabeza.
- Sensación de opresión bilateral, como si estuvieran usando una banda alrededor de la cabeza.
- Dolor intermitente o constante; leve a moderado.
- Sensibilidad a la luz o al ruido.
Migraña:
- Dolor de cabeza pulsátil o palpitante, generalmente, en un solo lado de la cabeza.
- Náuseas y vómitos.
- Sensibilidad a la luz (fotofobia), a los sonidos (fonofobia), y a los olores (osmofobia).
- Auras visuales o sensoriales en algunos casos (como luces intermitentes, puntos ciegos, alteraciones visuales o sensoriales).
- Fatiga y debilidad.
- Mareos o vértigo.
Cefalea en racimos:
- Dolor extremadamente intenso y punzante, usualmente alrededor de un ojo o en un lado de la cabeza.
- Los episodios pueden durar desde minutos hasta horas y pueden ocurrir varias veces al día durante semanas o meses (periodos de racimos).
- Ojo lagrimeante.
- Congestión nasal o rinorrea (nariz que gotea).
- Párpado caído o pupila contraída (miosis) en el lado afectado.
- Agitación motora, principalmente nocturna en su forma episódica.
Cefalea sinusal
- Dolor en la frente, pómulos o alrededor de los ojos.
- Sensación de presión en la cara.
- Congestión nasal.
- Tos.
¿Cómo se pueden prevenir las cefaleas?
Prevenir las cefaleas puede ser un desafío, ya que las causas y los desencadenantes pueden variar de una persona a otra. Sin embargo, existen estrategias generales que pueden ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los dolores de cabeza:
- Llevar un estilo de vida saludable: comer en horarios determinados, mantener estables los niveles de azúcar, tener una adecuada higiene del sueño, realizar ejercicio de manera regular.
- Administrar el estrés.
- Identificar y evitar los desencadenantes: la recomendación es tener un diario de cefaleas para identificar posibles desencadenantes, como ciertos alimentos, bebidas, cambios en el clima, el estrés o la falta de sueño. Una vez identificados, la idea es evitarlos o reducir su exposición.
- Mantener una postura correcta: una postura adecuada al estar de pie o sentado, ayuda a prevenir la tensión en el cuello y los hombros, que puede desencadenar cefaleas tensionales.
- Limitar el consumo de alcohol y cafeína.
- Mantener una hidratación adecuada: una ingesta adecuada de líquidos a lo largo del día ayuda a evitar la deshidratación, la cual puede ser un desencadenante de cefaleas.
- Consultar con un especialista: frente a síntomas persistentes, la recomendación es consultar con un neurólogo, médico especialista en el tratamiento de cefaleas.
¿Cómo se diagnostican?
El diagnóstico de cefalea es un proceso que implica diferentes pasos, desde la consulta con un especialista hasta la realización de diferentes exámenes.
- Consulta médica: el especialista indaga sobre la historia clínica del paciente y los síntomas asociados con las cefaleas; también puede realizar un examen físico para evaluar cualquier signo que pueda estar asociado con los dolores de cabeza.
- Pruebas de diagnóstico: en algunos casos, se pueden realizar pruebas de diagnóstico para descartar otras condiciones subyacentes o identificar posibles causas de las cefaleas. Estas pruebas pueden incluir:
1. Exámenes de sangre: Para buscar signos de infección, problemas metabólicos u otros trastornos.
2. Imágenes por resonancia magnética (IRM) o tomografía computarizada (TC) del cerebro: detecta anomalías estructurales, tumores u otras condiciones que podrían estar causando las cefaleas.
3. Punción lumbar (punción espinal): evalúa el líquido cefalorraquídeo en busca de signos de infección, sangrado u otras anormalidades.
4. Polisomnografia: evalúa la calidad del sueño, sobre todo en cefaleas nocturnas o que se presentan al despertar.
- Diagnóstico diferencial: para descartar otras condiciones que pueden causar síntomas similares a los de las cefaleas, como trastornos neurológicos, problemas vasculares, problemas oculares, trastornos musculo-esqueléticos, trastornos psiquiátricos u otras condiciones médicas.
- Diagnóstico específico: luego de descartar otras posibles causas de los síntomas, el médico puede hacer un diagnóstico específico y proporcionar recomendaciones de tratamiento adecuadas.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento para las cefaleas puede variar según el tipo de dolor, la gravedad de los síntomas y otros factores individuales. Entre las opciones de tratamiento más indicadas se pueden mencionar:
Tratamientos inespecíficos para el alivio del dolor
Analgésicos o antinflamatorios de venta libre pueden ser efectivos para aliviar el dolor de cabeza leve a moderado. En casos de cefaleas más graves, pueden ser necesarios medicamentos como los triptanes (para las migrañas) o los opioides, bajo supervisión médica. O medicamentos específicos como los gepantes.
Otra alternativa de tratamiento agudo son las infiltraciones anestésicas en sitios sensibles de la cabeza.
Medicamentos preventivos:
Estos fármacos están orientados a reducir la frecuencia y la gravedad de las cefaleas, y pueden incluir tratamientos inespecíficos como antidepresivos, antiepilépticos, bloqueadores beta, antagonistas del calcio u otros medicamentos específicos según el tipo de cefalea.
Existen tratamientos preventivos específicos como anticuerpos monoclonales, gepantes o toxina botulínica.
Medicamentos específicos para tipos de cefaleas:
Para las migrañas, los triptanes o las ergotaminas son una clase de medicamentos que pueden ayudar a aliviar el dolor y otros síntomas asociados. También hay otros tipos de medicamentos como los antieméticos (para las náuseas). Cualquiera de ellos, requiere orden médica.
Para las cefaleas en racimos, se pueden utilizar medicamentos como los triptanes, el oxígeno inhalado o anestésicos locales intranasal que ayudan a aliviar el dolor y reducir la duración de los episodios.
Terapias no farmacológicas:
- Terapia de biofeedback: ayuda a aprender a controlar ciertas funciones fisiológicas, como la tensión muscular y, con ello, reducir la frecuencia y la gravedad de las cefaleas.
- Terapia cognitivo-conductual: ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que pueden contribuir a las cefaleas.
- Terapia física: puede incluir terapia kinésica, masoterapia, ejercicios de relajación, estiramiento y fortalecimiento que ayudan a reducir la tensión muscular y mejorar la postura.
Cambios en el estilo de vida:
Identificar y evitar desencadenantes conocidos de las cefaleas, como ciertos alimentos, bebidas, cambios en el clima, el estrés o la falta de sueño.
En casos refractarios, existe la alternativa en pacientes seleccionados de utilizar estimuladores de nervios que son instalados por neurocirujanos.
¿Qué esperar del tratamiento?
Los resultados del tratamiento de las cefaleas pueden variar según el tipo de cefalea, la gravedad de los síntomas, la causa subyacente y la respuesta individual al tratamiento. Sin embargo, entre las expectativas más comunes en torno a estos tratamientos podemos mencionar:
- Alivio del dolor.
- Reducción de la frecuencia y la intensidad de las cefaleas.
- Mejora en la calidad de vida.
- Manejo de los desencadenantes.
- Mejora del bienestar emocional.
¿Dónde lo tratamos?
Centro de Neurociencias
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Neurología
Especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de las patologías del sistema nervioso central y periférico. Abarca todas las enfermedades del cerebro y la médula espinal, como patologías cerebro-vasculares (ataque cerebrovascular como hemorragias e infarto cerebral); patologías cognitivas y de la memoria como enfermedad de Alzheimer y otras condiciones neurodegenerativas: epilepsia, enfermedad de Parkinson y movimientos anormales (temblores, tics), de nervios periféricos y dolor (neuropatía diabética).
También somos un importante espacio de formación y docencia para los médicos internos y becados del área, quienes tienen la oportunidad de aprender y acompañar a los mejores especialistas en neurología y neurocirugía.
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