Actualización al 2021
El dengue es una enfermedad viral que se transmite por medio de la picadura del mosquito Aedes aegypti, el que habita en zonas tropicales y subtropicales y se reproduce en aguas estancadas, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas, dándose con mayor frecuencia en periodos de altas temperaturas y humedad. Esta enfermedad afecta a millones de personas del mundo anualmente.
Existen dos tipos de dengue; dengue y dengue grave, y son causados por alguno de cuatro serotipos de virus (DEN-1, DEN-2, DEN-3, DEN-4). Cuando una persona es infectada por uno de estos serotipos creará inmunidad, sin embargo, podría infectarse por otro serotipo, pudiendo contraer más de una infección durante su vida y de presentación más grave. Cabe destacar que el dengue grave o también conocido como dengue hemorrágico puede llegar a ser mortal.
Para prevenir estas picaduras es necesario que las personas que viajen a áreas de riesgo tomen las siguientes medidas:
Los principales síntomas y signos del dengue son:
En los casos más graves, que suelen presentarse cuando desaparece la fiebre, se suman los siguientes síntomas y signos:
El virus del dengue es transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti que habita en zonas tropicales y subtropicales del mundo, en donde la humedad relativa del aire es de moderada a alta. Este mosquito se encuentra cerca de viviendas en las que existen elementos que permiten contener agua como, por ejemplo, maceteros, neumáticos en desuso, etc., lugares en los que construyen sus criaderos.
Cuando un mosquito infectado pica a una persona, el virus entra en el torrente sanguíneo provocando los síntomas. Cabe destacar que vivir o viajar a regiones tropicales como el Sudeste asiático, las islas del Pacífico occidental, América Latina, el Caribe, y haber contraído anteriormente una infección por dengue son factores que aumentan el riesgo de presentar un dengue grave.
Para diagnosticar a un paciente con dengue, el médico revisará su historia clínica, le preguntará sobre su itinerario de viajes recientemente realizados y lo examinará. El diagnóstico suele ser difícil si el especialista desconoce el antecedente de viaje y también se puede confundir con otras patologías.
Actualmente no existe un tratamiento específico para el dengue. Sin embargo, el médico recomendará que la persona afectada se mantenga hidratada bebiendo abundante líquido y así evitar la deshidratación que podría ser provocada por la fiebre y vómitos.
Para aliviar el dolor y bajar la fiebre se pueden recetar antipiréticos como el paracetamol. Hay que considerar que antiinflamatorios como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno podrían aumentar las complicaciones hemorrágicas. Cuando el paciente desarrolla un cuadro grave de dengue será necesario que reciba atención en una Unidad de Paciente Crítico, ya que podría necesitar líquidos intravenosos, control de la presión arterial y en ocasiones, transfusiones para reemplazar la sangre perdida si presentó hemorragias.