Actualización al 2020
La desnutrición es el resultado de una deficiente incorporación de nutrientes a las células del organismo. Esta condición es primaria cuando se debe a una dieta mal balanceada o insuficiente, y secundaria cuando existen enfermedades que alteran la absorción de nutrientes o que aumentan el gasto metabólico.
Como resultado de la pérdida de reservas del organismo, las personas son más propensas a sufrir infecciones y, en los niños, se puede ver afectado su crecimiento y desarrollo.
Los signos y síntomas más frecuentes son:
Estancamiento en el peso y el crecimiento
Pérdida de grasa corporal (tejido adiposo)
Irritabilidad o apatía
Pérdida de fuerza
Piel fría o seca
Cabello seco y quebradizo
Cansancio y frío permanente
Fatiga o mareos
La causa de la desnutrición primaria se debe a una ingesta ineficiente de nutrientes y es la principal causa de muerte de lactantes y niños en países en desarrollo. Actualmente, en Chile, la mayoría de los casos de desnutrición se debe a una enfermedad que provoca desnutrición secundaria.
Las enfermedades que podrían causar una desnutrición secundaria son:
Enfermedades que afectan la ingesta de alimentos: enfermedades motoras, neurológicas, psiquiátricas, infecciones gastrointestinales o dietas muy estrictas.
Enfermedades que aumentan los requerimientos energéticos: infecciones crónicas, quemaduras, traumatismos múltiples, hipertiroidismo, insuficiencia cardíaca.
Enfermedades que interfieren con la digestión y la absorción de nutrientes: enfermedad celíaca, alergias alimentarias, insuficiencia hepática, deficiencia enzimática digestiva, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa.
Enfermedades que dificultan la utilización de nutrientes: cáncer, diabetes mellitus y cardiopatías congénitas.
El diagnóstico de una desnutrición se realiza midiendo si el peso del paciente es adecuado para su estatura. Son considerados casos graves cuando el peso corporal es menor al 60% esperado para la edad y la talla del paciente.
Cuando la desnutrición no es tan grave, se recomienda una dieta balanceada en nutrientes adecuada para cada persona, es decir, de acuerdo con su edad y estatura. En tanto, cuando la desnutrición es grave, se debe aumentar gradualmente el número de calorías consumidas, comiendo alrededor de 6 y 12 veces al día pequeñas cantidades de comida con alto porcentaje nutritivo. Por lo general, los alimentos se administran por vía oral. Sin embargo, cuando esto no es posible, se pueden administrar de forma intravenosa o por sonda.
En ocasiones, es necesario recetar suplementos multivitamínicos para que el paciente pueda recibir todos los nutrientes que necesita.
Cuando la desnutrición es secundaria a una enfermedad, se debe tratar esta patología para evitar que la desnutrición empeore.