El dolor pélvico corresponde al dolor percibido en la zona baja del abdomen y/o en la vagina o la vulva, que puede presentarse en forma aguda o crónica.
El dolor pélvico agudo, ya sea de días o semanas de evolución, debe ser tratado para evitar que se convierta en un dolor de tipo crónico, cuya duración es mayor y que repercute en forma muy negativa en la calidad de vida de la mujer.
En tanto, el dolor pélvico crónico (DPC) es persistente y se da en la región pélvica, que puede ser constante o intermitente, y dura al menos seis meses. Este tipo de dolor puede tener múltiples causas y afectar a ambos sexos, aunque es más común en mujeres. El DPC puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y puede estar asociado con una variedad de síntomas y condiciones.
Se estima que una de cada siete mujeres padece esta condición y, muchas veces, está asociado con la menstruación (dismenorrea). No obstante, también puede afectar a los hombres.
En Clínica Universidad de los Andes contamos con el Centro de piso pélvico, un espacio a cargo de un equipo multidisciplinario que se dedica a la evaluación y tratamiento integral de pacientes con enfermedades del piso pelviano. Esta es la estructura muscular y ligamentosa que se encuentra en la parte baja de la pelvis del hombre y la mujer, y que conforma una especie de diafragma donde se ubican los genitales internos femeninos y masculinos, y los centros nerviosos que controlan las funciones de evacuación y la sensibilidad de la región.
¿Cuál es la causa del dolor pélvico?
El dolor pélvico puede tener múltiples causas, y a menudo es resultado de una combinación de factores. Algunas de las causas más comunes corresponden a:
Ginecológicas
Endometriosis: crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, y causa inflamación y dolor.
Enfermedad inflamatoria pélvica: infección de los órganos reproductores femeninos, a menudo causada por enfermedades de transmisión sexual.
Fibromas uterinos: tumores no cancerosos en el útero que pueden causar presión y dolor.
Quistes ováricos: sacos llenos de líquido en los ovarios que pueden causar dolor al romperse o al torcerse.
Síndrome de congestión pélvica: venas varicosas en la pelvis que causan dolor y sensación de pesadez.
Urológicas
Infecciones urinarias recurrentes: pueden causar dolor pélvico crónico si son frecuentes.
Cistitis intersticial: inflamación crónica de la vejiga, también conocida como síndrome de vejiga dolorosa.
Prostatitis crónica: inflamación de la próstata en hombres, que puede causar dolor pélvico.
Causas gastrointestinales
Síndrome del intestino irritable: trastorno digestivo que causa dolor abdominal, hinchazón, y cambios en los hábitos intestinales.
Apendicitis crónica: inflamación del apéndice que causa dolor pélvico recurrente.
Diverticulitis: inflamación de los divertículos en el colon.
Problemas en los músculos del suelo pélvico: tensión o debilidad en los músculos que sostienen los órganos pélvicos.
Hernias: protrusión de órganos o tejidos a través de una abertura en la pared muscular.
Psicológicas y emocionales
Estrés y ansiedad: factores psicológicos pueden exacerbar o incluso contribuir al dolor pélvico.
¿Cuáles son los factores de riesgo de desarrollar dolor pélvico?
Los factores de riesgo para desarrollar dolor pélvico pueden ser variados y a menudo implican una combinación de aspectos médicos, ginecológicos, psicológicos y de estilo de vida. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen:
Antecedentes de enfermedades ginecológicas: endometriosis, quistes ováricos, fibromas, entre otros.
Infecciones urinarias recurrentes.
Problemas gastrointestinales: como el síndrome de colon irritable o colitis ulcerosa.
Disfunción de suelo pélvico.
Episodios de estrés y ansiedad.
Fumar: el tabaquismo se ha asociado con un mayor riesgo de dolor pélvico crónico.
Actividad física: tanto la falta de ejercicio como el ejercicio excesivo pueden contribuir a problemas músculo-esqueléticos que causan dolor pélvico crónico.
Dieta: una alimentación pobre en nutrientes esenciales y rica en alimentos inflamatorios puede contribuir a condiciones que causan dolor pélvico crónico.
Historial familiar: tener antecedentes familiares de condiciones como endometriosis o enfermedades inflamatorias intestinales.
Procedimientos y cirugías previas: Las cicatrices y las adherencias resultantes de cirugías en la pelvis pueden causar dolor crónico.
¿Cuáles son sus síntomas?
El dolor pélvico puede manifestarse a través de una variedad de síntomas que pueden variar en intensidad y frecuencia. Las señales más comunes son:
Dolor persistente o intermitente en la parte baja del abdomen y la pelvis. Puede ser sordo, agudo, punzante o una sensación de presión.
Dolor que se intensifica en ciertas posiciones o actividades, como al estar de pie por largos periodos o al levantar objetos pesados.
¿Cómo se puede prevenir?
Existen algunas estrategias generales que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar dolor pélvico:
Mantener una adecuada salud ginecológica: incluye controles y exámenes regulares, control de infecciones o de cualquier problema.
Salud urinaria: beber suficiente agua y mantener una buena higiene personal.
Salud digestiva: mantener una dieta equilibrada y controlar el estrés.
Actividad física regular: ayuda a fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar la salud general.
Ejercicios específicos: ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, como los ejercicios de Kegel.
Cuidado de la postura: se sugiere mantener una postura adecuada y utilizar técnicas ergonómicas adecuadas en el trabajo y durante las actividades diarias.
Consultar al especialista de manera precoz.
Evitar sustancias nocivas: tabaco y alcohol.
¿Cómo se diagnostica?
Debido a la variedad de posibles causas, el diagnóstico del dolor pélvico puede ser difícil. Un enfoque integral y multidisciplinario es necesario para identificar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento efectivo.
Algunas de las herramientas diagnósticas son:
Historia clínica: el médico recopila información detallada sobre la duración e intensidad de los síntomas, enfermedades o cirugías previas, y otras patologías que puedan aumentar el riesgo de desarrollar síntomas. También puede realizar un examen físico completo con foco en la región pélvica y abdominal.
Exámenes de laboratorio: corresponden a exámenes de sangre para detectar problemas hormonales, exámenes de orina para identificar infecciones urinarias o problemas renales y cultivos para detectar infecciones.
Estudios de imágenes: generalmente, se solicitan ecografía pélvica, tomografía computarizada de pelvis, resonancia magnética de pelvis y radiografías.
Procedimientos diagnósticos: en algunos casos, se pueden necesitar procedimientos como laparoscopía para visualizar directamente los órganos pélvicos y tomar biopsias si es necesario; cistoscopía para examinar el interior de la vejiga si se sospechan problemas urológicos y/o colonoscopía para evaluar el colon y detectar problemas gastrointestinales.
Evaluación del piso pélvico: para identificar áreas de tensión o espasmos y evaluar la fuerza de la musculatura.
Evaluación psicológica: debido a que el dolor crónico de pelvis puede estar relacionado con factores emocionales.
Diario de síntomas: para registrar frecuencia e intensidad del dolor, actividades que agravan o alivian el dolor, relación del dolor con el ciclo menstrual, si aplica.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del dolor pélvico depende de la causa subyacente y puede involucrar un enfoque multidisciplinario. A menudo, se combina tratamiento médico, terapias físicas y psicológicas:
Medicamentos: se pueden prescribir analgésicos, antidepresivos, anticonvulsivos y antibióticos. También, medicamentos hormonales o relajantes musculares.
Procedimientos poco invasivos: inyecciones de anestésicos locales o de toxina botulínica.
Cirugías: el tratamiento quirúrgico puede incluir laparoscopía para casos de endometriosis o cirugías para prolapsos, principalmente.
Kinesiología: sesiones enfocadas en ejercicios para fortalecer o rehabilitar el suelo pélvico.
Terapias psicológicas: terapia cognitivo-conductual (TCC), de relajación y biofeedback, estas últimas orientadas a controlar las respuestas fisiológicas al dolor.
Cambios en el estilo de vida: mantener una correcta nutrición e hidratación, realizar actividad física de manera regular y evitar sustancias nocivas.
El Centro de Piso Pélvico cuenta con un equipo multidisciplinario que se dedica a la evaluación y tratamiento integral de pacientes con enfermedades del piso pelviano. El piso pelviano o pélvico, es la estructura muscular y ligamentosa que se encuentra en la parte baja de la pelvis del hombre y la mujer, y que conforma una especie de diafragma donde se ubican los genitales internos femeninos y masculinos, y los centros nerviosos que controlan las funciones de evacuación y la sensibilidad de la región.
El equipo del Centro realiza reuniones semanales de revisión de casos clínicos, presentados por los distintos especialistas, y se toman decisiones en conjunto para entregar el tratamiento más adecuado a cada paciente. Cuentan con una Enfermera Coordinadora que recibe, orienta y educa a los pacientes para la resolución de sus problemas.
Equipo médico
Dr. David Cohen Szóbel
Ginecología y Obstetricia - Piso pélvico - Uroginecología - Climaterio y Menopausia - Cirugía Ginecológica Mínimamente Invasiva