Actualización al 2020
La
endoprótesis valvular aórtica TAVI (por sus siglas en inglés: implante de
válvula aórtica transcatéter) consiste en la instalación vía percutánea de una
prótesis para sustituir la válvula aórtica dañada o estrechada, patología
llamada estenosis aórtica.
Este es
un procedimiento mínimamente invasivo y se utiliza una prótesis de tejido
biológico, habitualmente hecha con tejido pericárdico bovino o porcino.
Consiste
en acceder al corazón desde la periferia con un catéter, ya sea desde un vaso
sanguíneo arterial a nivel inguinal (vía percutánea) mediante la cual se llega
a la arteria aorta a nivel de la válvula aórtica. Para la planificación del
procedimiento, se utiliza apoyo de imágenes (ecocardiograma y angio TAC
cardiaco y de aorta) que permiten planificar el abordaje y el tamaño de la
prótesis a implantar.
Cuando el
catéter (tubo hueco) está instalado, se introduce por él la válvula de
reemplazo dentro de la válvula aórtica original, donde queda fija y de
inmediato, funcionalmente activa.
El
procedimiento se realiza bajo sedación consciente (paciente despierto
mínimamente sedado) y anestesia local o superficial (en un porcentaje bajo de
casos, se necesita anestesia general), y requiere 1 a 3 días de
hospitalización.
La
persona puede reincorporarse rápidamente a sus actividades cotidianas. Los
cuidados posteriores incluirán rehabilitación cardiovascular monitorizada,
controles médicos y exámenes complementarios para garantizar la buena evolución
de este procedimiento minimalista.
Motivos
para su realización
Suele ser
el tratamiento indicado para quienes tienen estenosis aórtica severa, enfermedad de la válvula
aórtica, la “compuerta” que separa el ventrículo izquierdo y la aorta, en que no
se abre por completo. Entonces, la cantidad de sangre que debe circular hacia
la aorta para salir del corazón no es suficiente, impidiendo la irrigación
sanguínea normal al resto del cuerpo y generando una sobrecarga al corazón.
La
estenosis aórtica suele no presentar síntomas en las primeras etapas, por lo
que muchas personas no saben que la padecen (o tienen la historia de algún
soplo) hasta que, en etapas avanzadas, suelen sentir síntomas como dolor u
opresión torácica que puede irradiarse hacia el cuello, mandíbula y brazo
izquierdo, fatiga y cansancio al hacer ejercicio, palpitaciones, desmayos,
entre otros.
El
tratamiento que se realice dependerá de los síntomas, gravedad y estado de la
enfermedad. Cada caso es evaluado por un equipo multidisciplinario médico
quirúrgico (heart team) formado por cardiólogo clínico,
ecocardiografista, cardiólogo intervencional, cirujano cardiaco y anestesiólogo.