Actualización al 2021
La espondilolistesis ocurre cuando una vértebra se desplaza sobre otra. Esta condición se clasifica en grados (I, II, III, IV y V) y dependerá de la distancia que se haya desplazado la vértebra. Cuando ésta se desliza demasiado el hueso podría atrapar a los nervios causando dolor en la pierna además de la columna.
La espondilolistesis lítica ocurre por una espondilólisis, condición que provoca pequeñas fracturas o debilitamiento en una zona de las vértebras denominada pars intearticularis (parte de atrás de las vértebras) encargada de sujetarlas. Cuando esta zona está dañada o debilitada se obtiene una sujeción insuficiente causando que la vértebra se deslice.
Los signos o síntomas más frecuentes de la espondilolistesis lítica incluyen:
- Dolor en piernas (ciática)
- Dolor lumbar que se irradia a los glúteos
- Dolor lumbar en cambios de posición, al hacer deportes y que se alivia con el reposo
- Incontinencia urinaria (muy raro)
Esta condición es frecuente en deportistas de alto rendimiento como, tenistas, rugbistas y gimnastas olímpicos.
Para diagnosticar a un paciente con espondilolistesis lítica será necesario realizar una radiografía simple lumbar que puede ser complementada con una resonancia magnética o un escáner.
Una vez que el paciente es diagnosticado con espondilolistesis se inicia un tratamiento conservador, es decir, se pueden tomar analgésicos y antiinflamatorios, hacer reposo por uno o dos días para calmar el dolor de espalda y evitar realizar deportes intensos.
Fisioterapia: por medio de esta terapia se realizan ejercicios que ayudan a fortalecer la musculatura de la columna vertebral.
Aparatos inmovilizadores: existen diferentes dispositivos que ayudan a inmovilizar la zona para reducir los espasmos musculares y el dolor como, por ejemplo, un corsé.
Infiltraciones con corticoides consiste en inyectar en las articulaciones de la columna Corticoides para lograr un potente efecto anti inflamatorio.
Cirugía: un pequeño porcentaje de pacientes requieren cirugía y por lo general, se recomienda luego de realizar un tratamiento conservador sin resultados positivos. Los objetivos de la cirugía incluyen descomprimir la presión sobre las raíces y estabilizar la columna. El procedimiento quirúrgico más frecuente es la fusión espinal, en donde se fusionan dos o más vértebras mediante el implante de tornillos, barras e injertos óseos que ayudan a estabilizar la columna.