Actualización al 2020
La fibromialgia es un síndrome complejo, caracterizado por la presencia de dolor osteomuscular generalizado, el que es acompañado por síntomas variados como cansancio y fatiga. En algunos casos puede estar asociado con otras condiciones crónicas tales como insomnio, sueño no reparador, cefalea, colon irritable y disautonomía.
En Chile, afecta al 3 a 4% de la población, según cifras de la Corporación Nacional de Fibromialgia. Estadísticas recientes de países desarrollados estiman una frecuencia incluso más alta de 6% y, por ejemplo, el Colegio Americano de Reumatología (ACR) habla de una prevalencia de 8% con los nuevos criterios de clasificación utilizados para esta enfermedad.
Nuestro equipo de reumatología adulto se dedica al diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan al aparato locomotor: articulaciones, huesos, músculos y tendones. Este tipo de patologías son frecuentes y se manifiestan especialmente por dolor e incapacidad funcional (hinchazón, deformidad articular y limitación en la movilidad), que no obedecen a causa traumática. Las causas de estos trastornos pueden ser degenerativas (artrosis), metabólicas (gota, osteoporosis), inmunológicas (artritis reumatoide y lupus sistémico), infecciosas (artritis séptica) y mecánicas (tendinitis y lumbago).
Si bien la causa es desconocida y los mecanismos involucrados en la génesis del dolor no son del todo comprendidos, sí se sabe que existe un fenómeno de hipersensibilización del dolor por parte de nuestro sistema nervioso central.
El especialista agrega que el dolor se produce por un mecanismo de hiperalgesia (mayor sensibilidad al estímulo doloroso) y alodinia (percepción anormal del dolor). Se cree que la causa es el proceso de sensibilización central, es decir, cualquier situación de dolor persistente se autoperpetúa y se refuerza frente a la exposición a diferentes estímulos que normalmente no producen dolor.
Es probable que la fibromialgia esté vinculada con los siguientes factores que actúan en conjunto:
Entre los factores de riesgo para la aparición de esta patología se reconocen los genéticos, psicológicos y hormonales. Asimismo, es frecuente la existencia de un evento biográfico traumático grave.
En ocasiones los síntomas comienzan después de traumatismos físicos, cirugías, infecciones, enfermedades reumatológicas inflamatorias o estrés psicológico significativo.
Los más habituales son:
Esto síntomas de la fibromialgia se dan en quienes padecen, además, otras condiciones dolorosas como jaqueca, colon irritable, bruxismo, molestias urinarias o genitales.
El diagnóstico es clínico, es decir, en la consulta médica, ya que no hay exámenes de laboratorio ni de imágenes que puedan confirmar la presencia de fibromialgia. Sin embargo, es necesario descartar otras enfermedades que, debido a sus síntomas, pueden simular una fibromialgia como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, hipotiroidismo, depresión, anemia y apnea obstructiva del sueño.
El tratamiento para la fibromialgia requiere de un enfoque multidisciplinario, con un equipo compuesto por reumatólogos, traumatólogos, neurólogos, fisiatras, kinesiólogos, psiquiatras y psicólogos.
Entre las opciones para abordarlo, están:
Tratamiento farmacológico
Busca reducir el dolor y mejorar la calidad de sueño. Los medicamentos más utilizados son antidepresivos, analgésicos y anticonvulsivos.
Tratamiento no farmacológico
Se recomienda hacer actividad física aeróbica suave, tener apoyo psicológico, acupuntura, entre otros.
En general, el pronóstico es bueno porque es una enfermedad que no deja secuelas ni produce discapacidad. Sin embargo, se comporta como una patología crónica que requiere terapia por un período largo y, a veces, permanente, y que cursa en el tiempo con períodos variables de actividad y remisión.
Nuestro equipo de reumatología adulto se dedica al diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan al aparato locomotor: articulaciones, huesos, músculos y tendones. Este tipo de patologías son frecuentes y se manifiestan especialmente por dolor e incapacidad funcional (hinchazón, deformidad articular y limitación en la movilidad), que no obedecen a causa traumática. Las causas de estos trastornos pueden ser degenerativas (artrosis), metabólicas (gota, osteoporosis), inmunológicas (artritis reumatoide y lupus sistémico), infecciosas (artritis séptica) y mecánicas (tendinitis y lumbago).