Actualización al 2022
La ictericia es la coloración amarillenta de la piel, mucosas y escleras, debido al aumento de concentración de bilirrubina en la sangre.
La bilirrubina (sustancia química de color amarillo) es un producto de desecho de la hemoglobina, sustancia que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos. Esta bilirrubina es transformada en el hígado y transportada a través de la vía biliar al intestino delgado y se elimina por las heces.
La ictericia es un problema de salud común en los recién nacidos. Alrededor del 60% experimentan ictericia y esto aumenta al 80% en el caso de los prematuros, nacidos antes de las 37 semanas de embarazo.
En los recién nacidos, los glóbulos rojos con frecuencia se descomponen y se reemplazan. Esto provoca la producción de más bilirrubina. Además, el hígado está menos desarrollado y, por lo tanto, es menos eficaz para eliminar la bilirrubina del cuerpo.
La ictericia se torna clínicamente evidente en el recién nacido cuando el valor de bilirrubinemia en sangre es mayor a 4-5 mg/dl, los padres habitualmente lo notarán cuando el valor sea cercano a 10 mg/dl.
La ictericia en la mayoría de los casos es benigna (fisiológica), pero por su potencial neurotoxicidad, debe ser monitorizada muy de cerca para identificar neonatos que pueden desarrollar hiperbilirrubinemia severa y alteraciones neurológicas inducidas por la bilirrubina (kernicterus).
Los síntomas más habituales son:
La causa más frecuente es la ictericia fisiológica, que aparece habitualmente al segundo día de vida, y se resuelve en forma espontánea cerca del 5° a 7° día de vida.
Se considera patológico un cuadro de ictericia que se inicie el primer día de vida, una velocidad de incremento mayor a 5 mg/dl diario en el nivel de bilirrubinemia, cuando se confirma que hay hemólisis (destrucción acelerada de glóbulos rojos), o bien cuando la hiperbilirrubinemia es de tipo conjugada (bilirrubina directa).
Habitualmente, la ictericia que aparece en recién nacidos prematuros y aquellos con incompatibilidad sanguínea madre/neonato, requieren evaluación cuidadosa y tratamiento oportuno, con especial énfasis durante la primera semana de vida.
Cuando los niveles de bilirrubina son muy elevados, se puede indicar fototerapia (exposición a la luz azul), tratamiento más frecuente y efectivo en el período neonatal.
En casos puntuales, los casos más severos requerirán exanguinotransfusión (recambio de sangre) y gamaglobulina endovenosa (modulador de la respuesta inmune). En estos casos, el tratamiento es vital, ya que la ictericia en los recién nacidos puede llevar al kernicterus, un tipo muy raro de daño cerebral permanente.
Otras medidas coadyuvantes son una buena evaluación de la lactancia materna, ya que la hipoalimentación se asocia a hiperbilirrubinemia.
Dra. Montserrat Abarca Esparza
Dr. Fernando Arredondo Salgado
Dr. Juan Carlos Arteaga Rocuant
Dr. Roberto Jorquera Contreras
Dr. Daniel Rodríguez
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