Actualización al 2020
La quimioterapia es un tratamiento para el cáncer y consiste en que se utilizan diversos medicamentos cuyo objetivo es destruir las células cancerígenas y controlar su crecimiento.
Estos fármacos son fuertes y pueden usarse sólo uno o una combinación de varios, de acuerdo al tipo de cáncer y la velocidad de crecimiento del tumor. Asimismo, la quimioterapia puede realizarse en conjunto con otros tratamientos oncológicos como cirugía y radioterapia.
Los fármacos de la quimioterapia pueden administrarse de diferentes maneras:
Vía intravenosa: se introduce una aguja en una vena o arteria, la que está conectada por un tubo a un recipiente que contiene los fármacos, similar a las bolsas plásticas que contienen suero y que también se cuelgan en altura. Una vez que la dosis se termina, la aguja se retira. Algunos pacientes requieren varias sesiones seguidas y, para eso, en una cirugía simple, se instala un catéter en una vena principal, lo que permite introducir varias veces la aguja para administrar los medicamentos, sin causar molestias.
Vía oral: se administran los fármacos por la boca, habitualmente comprimidos.
Por inyecciones subcutáneas: los medicamentos se administran con inyecciones que pueden aplicarse en cualquier lugar del cuerpo, bajo la piel.
Efectos secundarios
La quimioterapia, al utilizar fármacos potentes, puede tener muchos efectos secundarios, por eso es necesario que algunas personas se hospitalicen mientras la reciben. También existen tratamientos para disminuir los síntomas.
Entre los síntomas y molestias que se pueden sentir, están:
Náuseas, vómitos y diarrea
Caída de pelo (temporal)
Cansancio
Debilidad
Disminución del apetito
Dolor
Depresión
Mayor riesgo de contraer infecciones
Entumecimiento
Mayor probabilidad de sangrado
Resequedad y úlceras en la boca