Actualización al 2020
La radioterapia es un tratamiento para el cáncer que emplea radiación y en que, mediante el uso de haces de energía, se destruyen las células tumorales. El haz de energía va dirigido al tumor, incluso desde diferentes ángulos, por lo que afecta menos a las células normales.
Puede realizarse sola, sin embargo, es habitual que se utilice como complemento y de manera previa a la quimioterapia y cirugía, ya que puede reducir el tamaño del tumor.
La radioterapia se planifica en muchas sesiones, de acuerdo a la evolución que vaya teniendo el tratamiento. Lo más habitual es que sea de lunes a viernes, por cinco a siete semanas, así se puede dosificar la cantidad de radiación requerida.
Este tratamiento puede ser realizado de dos maneras:
De manera externa: se utiliza un acelerador lineal, máquina que transforma electricidad en una corriente rápida de partículas subatómicas, creando la radiación que se emplea en la radioterapia.
Para esto, el paciente se recuesta sobre una camilla y, en la posición indicada para dirigir los rayos de haces sobre el tumor, recibe el tratamiento. Esto debe ser muy preciso, por lo que continuamente se revisa que el tratamiento se este dirigiendo donde corresponde.
De forma interna: se denomina braquiterapia y consiste en que se instala un implante radiactivo dentro del tumor, de tamaño pequeño, que va liberando de a poco la radiación necesaria.
Efectos secundarios
Como la radioterapia es dirigida a una zona, los efectos secundarios que puedan producirse se dan en el área tratada. Estos pueden ser:
Enrojecimiento y picazón en la zona tratada
Fatiga
Pérdida de apetito
Caída de pelo en el área tratada
Náuseas o diarrea si se realiza en la zona abdominal