Actualización al 2020
La retinopatía diabética (RD) es el daño a nivel ocular producido por la diabetes, debido a que esta patología altera la composición de los vasos sanguíneos que irrigan y nutren a la retina. El 98% de los diabéticos tipo 1 y el 60% de los diabéticos tipo 2 sufren de retinopatía diabética después de 20 años de evolución de la diabetes.
Esta microangiopatía es la principal causa de ceguera en pacientes de edad productiva, es decir, en menores de 60 años, y en adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 2.6% de los casos mundiales de ceguera se debe a la diabetes.
Existen dos tipos de retinopatía diabética:
No proliferativa (RDNP): es el tipo más común y corresponde a las etapas iniciales de la retinopatía, en las cuales existe principalmente una alteración en la permeabilidad de la microcirculación, en donde no crecen nuevos vasos sanguíneos en la retina.
Proliferativa (RDP): es el tipo más grave y corresponde al cierre de los vasos sanguíneos dañados, causando el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos anormales que no tienen la función protectora hematorretinal, como los vasos retinales normales. Por esto se podría generar pérdida de sangre en el vítreo, un desprendimiento de retina o glaucoma.
La retinopatía diabética, por lo general, afecta a ambos ojos y puede no causar síntomas en las primeras etapas. Sin embargo, cuando la enfermedad avanza, podría presentar:
Manchas oscuras (similares a ver mosquitos volando).
Visión borrosa.
Visión alterada de los colores.
Pérdidas en el campo visual.
Disminución o pérdida de la visión.
Cuando la persona padece diabetes, tiene mucha azúcar circulando en la sangre, lo que genera daño en los pequeños vasos sanguíneos que alimentan la retina, reduciendo su irrigación sanguínea. El ojo desarrolla nuevos vasos sanguíneos anormales, que pueden sangrar fácilmente. Es por esta razón que es importante llevar un adecuado control de la diabetes y con el oftalmólogo de forma periódica.
Toda persona que presente diabetes puede manifestar retinopatía diabética. Sin embargo, el riesgo aumenta cuando se llevan muchos años con la enfermedad, un control deficiente del azúcar en la sangre, presión y/o colesterol elevados, embarazo o tabaquismo.
En Clínica Universidad de los Andes contamos con un completo equipo de especialistas para responder y solucionar todos los problemas oftalmológicos de nuestros pacientes adultos y pediátricos. Además, trabajamos en conjunto con la Fundación Oftalmológica de Los Andes (FOLA) para brindar la mejor experiencia a nuestros pacientes con enfermedades de la visión. La FOLA es una institución de larga trayectoria y prestigio nacional e internacional en el campo clínico, académico y quirúrgico, con más de 30 años de experiencia en la resolución integral de patologías oftalmológicas.
El oftalmólogo diagnosticará la retinopatía diabética mediante un examen ocular con la pupila dilatada. Para esto, se colocan unas gotas que dilatan las pupilas para poder ver si existen vasos sanguíneos anormales, edema, sangre o depósitos de lípidos en la retina, crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, desprendimiento de la retina o anomalías en el nervio óptico.
El tratamiento está orientado a disminuir o detener el avance de la enfermedad y dependerá del tipo de retinopatía diabética y de la gravedad de la misma.
Si la retinopatía diabética está en la etapa inicial, es posible que no sea necesario un tratamiento inmediato. Pero el oftalmólogo puede recomendar minuciosos controles para determinar el momento correcto para tratar la enfermedad.
Si la retinopatía diabética está en etapa avanzada, será necesario realizar un tratamiento precoz, dentro de los que se incluyen:
Fotocoagulación o tratamiento focal con láser: para tratar las filtraciones de los vasos sanguíneos anormales. Busca detener o disminuir la filtración de sangre y líquido en el ojo.
Fotocoagulación panretiniana con láser: para tratar las áreas de la retina alejadas de la mácula. Busca disminuir el tamaño de los vasos sanguíneos anormales y que cicatricen.
Vitrectomía: mediante este procedimiento quirúrgico se realiza una pequeña incisión para extraer la sangre del vítreo y el tejido cicatrizal que tira de la retina. Se realiza con anestesia local o general.
Inyección de medicamento en el ojo: se inyectan inhibidores del factor del crecimiento endotelial vascular en el vítreo, que ayudan a detener el crecimiento de los vasos sanguíneos nuevos. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y es ambulatorio.
El 98% de los diabéticos tipo 1 y el 60% de los diabéticos tipo 2 sufren de retinopatía diabética después de 20 años de evolución de la diabetes.