Actualización al 2020
El tétanos es una enfermedad infecciosa grave y potencialmente mortal, causada por una toxina producida por la bacteria Clostridium tetani.
Esta bacteria suele encontrarse en el suelo, polvo y heces animales, y puede ingresar al cuerpo a través de heridas o cortes contaminados, afectando al sistema nervioso.
El tétanos no se transmite de persona a persona, y su periodo de incubación, es decir, el tiempo que transcurre entre la exposición a la bacteria Clostridium tetani y la aparición de los primeros síntomas, varía generalmente entre 3 y 21 días.
La Infectología es una especialidad de Medicina Interna que se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades producidas por agentes infecciosos de tipo viral, bacteriano, fúngico o parasitario.
Cuando la bacteria Clostridium tetani ingresa al cuerpo, libera una toxina llamada tetanospasmina, que afecta el sistema nervioso central.
Esta toxina bloquea las señales nerviosas que controlan los músculos, lo que provoca contracciones musculares dolorosas e incontrolables en la mandíbula y en los músculos del cuello, llegando incluso a interferir con la capacidad respiratoria y poner en riesgo la vida.
La causa del tétanos es la toxina producida por esporas de la bacteria Clostridium tetani que se encuentra en el polvo, la tierra y las heces de animales.
Cuando las esporas de la bacteria entran en una herida profunda, se convierten en bacterias que pueden producir la toxina tetanospasmina, la que afecta a las neuronas motoras (que controlan los músculos), causando espasmos y rigidez muscular.
Cualquier persona puede contraer tétanos. Los factores de riesgo están relacionados con la exposición a la bacteria Clostridium tetani, que se encuentra en el ambiente.
Los síntomas más comunes incluyen:
Pero también puede producir:
Si no se trata, puede causar dificultad para respirar, fracturas por espasmos severos o incluso la muerte.
La manera de prevenirlo es con la vacuna antitetánica que todos los niños reciben como parte del Programa Nacional de Inmunizaciones y que debería reforzarse cada diez años en los adultos.
En caso de contar con un esquema incompleto, la vacuna puede aplicarse después de una lesión para prevenir la infección.
El tétanos se diagnostica principalmente a través de la exploración física de un paciente con presencia de una herida y que presenta síntomas de espasmos musculares, rigidez y dolor.
El diagnóstico se basa principalmente en la evaluación clínica y el historial del paciente, ya que no existen pruebas de laboratorio específicas o rápidas para confirmar la enfermedad.
El médico indagará sobre heridas recientes, como cortes, quemaduras o pinchazos con objetos contaminados, y consultará por la última dosis de vacunación de refuerzo.
Aunque no son definitivas para el tétanos, se pueden realizar estudios como:
En Clínica Universidad de los Andes contamos con un equipo multidisciplinario de expertos enfocados en entregar un diagnóstico certero y tratar a nuestros pacientes del tétanos.
Si bien no hay cura para el tétanos, el tratamiento se centra en controlar las complicaciones, cuidar las heridas y administrar medicamentos que alivien los síntomas hasta que los efectos de la toxina del tétanos desaparezcan.
Ante sospecha de tétanos, el tratamiento debe iniciarse de inmediato, sin esperar confirmaciones, ya que es una emergencia médica potencialmente mortal.
Cuidado de la herida: es importante limpiar la herida para así evitar el crecimiento de esporas de tétanos. Es necesario eliminar la suciedad, los objetos extraños y el tejido muerto de la herida.
Medicamentos: pueden indicarse antitoxina, antibióticos orales o inyectables para combatir la bacteria del tétanos, la administración de la vacuna antitetánica y sedantes para controlar los espasmos musculares.
Ante una infección grave de tétanos, es necesario permanecer en una Unidad de Cuidados Intensivos porque los sedantes podrían inhibir la respiración y se podría necesitar temporalmente el uso de un ventilador mecánico.
Las personas que se recuperan del tétanos pueden volver a infectarse.
Estos son los servicios de nuestra Clínica que tratan este problema:
La Infectología es una especialidad de Medicina Interna que se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades producidas por agentes infecciosos de tipo viral, bacteriano, fúngico o parasitario.
El Servicio de Urgencia presta atención médica durante las 24 horas para responder a los requerimientos de pacientes adultos y pediátricos, con acceso permanente a especialistas.
El tétanos suele ser una urgencia médica, por lo que muchas veces requiere consulta en el Servicio de Urgencia. Al ser la primera línea de atención, la Unidad de Urgencia es la encargada de estabilizar al paciente en casos de crisis, como espasmos musculares graves o dificultad para respirar.
Desde la comodidad de sus casas, los pacientes pueden acceder a consultas a distancia con los médicos del staff de Clínica UANDES.
Neurología es la especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de las patologías del sistema nervioso central y periférico.
Debido a que el tétanos afecta el sistema nervioso, los neurólogos evalúan y manejan las alteraciones neurológicas, como los espasmos musculares y la rigidez.