Actualización al 2021
La tiroiditis de Hashimoto, también conocida como enfermedad de Hashimoto, es una condición autoinmune, en la cual el sistema inmune ataca la tiroides provocando una inflamación crónica que es la principal causa de hipotiroidismo en adolescentes y adultos.
El hipotiroidismo es un trastorno en el cual la glándula tiroides no produce la cantidad suficiente de hormonas tiroideas, como tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Las hormonas tiroideas son fundamentales para llevar a cabo la mayoría de las funciones del organismo (crecimiento – desarrollo sistema nervioso central- función cardíaca termorregulación, entre muchas otras).
La tiroiditis de Hashimoto es la principal causa de hipotiroidismo y se puede presentar a cualquier edad, se presenta con mayor frecuencia en mujeres s, pero también puede afectar a hombres y niños. Los periodos críticos para desarrollar Tiroiditis de Hashimoto son la adolescencia, el embarazo y post parto en mujeres.
En Clínica Universidad de los Andes contamos con especialistas en endocrinología de alto nivel, quienes junto al permanente apoyo y cooperación multidisciplinaria de servicios como Laboratorio Clínico e Imágenes, brindan a nuestros pacientes un diagnóstico y tratamiento a esta patología, así como a otros desórdenes hormonales de diferente índole, que son consecuencia de inflamaciones o tumores de las glándulas endocrinas: paratiroides, páncreas, ovarios, testículos, adrenales, hipófisis e hipotálamo.
La causa exacta de la Tiroiditis de Hashimoto, al igual que en la mayoría de las enfermedades autoinmunes, no se comprende completamente, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. En la enfermedad, el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan las células de la glándula tiroides, lo que desencadena la inflamación y daño. Se han identificado algunos factores de riesgo, como antecedentes familiares de enfermedades autoinmunitarias y la exposición a ciertos virus.
Los factores de riesgo asociados incluyen:
La enfermedad de Hashimoto avanza lenta, silenciosa y progresivamente. En algunos casos provoca bocio (crecimiento de la glándula tiroides) y cuando ha producido un deterioro suficiente de la función de la glándula tiroides se originan los síntomas asociados al hipotiroidismo.
Entre los síntomas de la enfermedad destacan:
Aunque no se puede prevenir por completo, existen algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la tiroiditis de Hashimoto o a minimizar sus efectos:
La enfermedad de Hashimoto, cuando no ha comprometido aún la función tiroidea, se diagnostica principalmente por exámenes de laboratorio e imágenes Se realiza un examen físico para determinar si presenta bocio en el cuello. Además, se lleva a cabo un análisis de sangre que mide el nivel de TSH de la hormona tiroxina. Un bajo nivel de la hormona tiroxina y un alto nivel de TSH indican hipotiroidismo.
También se solicitan anticuerpos antitiroideos, que deberían estar elevados en estos pacientes, y una ecografía tiroidea que debería mostrar signos de inflamación y tiroides, generalmente aumentada de tamaño.
Cuando la enfermedad es detectada, pero no existen evidencias de una deficiencia hormonal o alteraciones en el funcionamiento, el médico recomendará la observación y el control periódico del paciente, para evaluar el desarrollo de la enfermedad.
Cuando la tiroiditis de Hashimoto causa hipotiroidismo (disminución del nivel de tiroxina), el tratamiento consistirá en la suplementación oral diaria de levotiroxina, para restaurar los niveles adecuados de la hormona en el organismo. El tratamiento en dosis adecuadas consigue controlar los síntomas y puede disminuir el volumen del bocio.
La levotiroxina es la forma sintética de la tiroxina (T4). Es idéntica a la que produce la tiroides y cada paciente necesita una dosis específica e individual. Después de 6 u 8 semanas del inicio del tratamiento, el endocrinólogo revisará los niveles de TSH para evaluar si la dosis de levotiroxina es la indicada.
Un tratamiento bien hecho y controlado es seguro y mantendrá el nivel de las hormonas normales.
El tratamiento con levotiroxina logra revertir los síntomas producidos por el hipotiroidismo siempre y cuando la dosis del medicamento sea la adecuada. En general, los síntomas comienzan a mejorar después de los 10 días de inicio de tratamiento, pero es muy variable dependiendo de cada persona y de lo adecuado de la sustitución. Hay que tener siempre en consideración que en la gran mayoría de los casos el tratamiento es para toda la vida y se requieren controles periódicos para evaluar si la dosis es la adecuada, ya que puede variar a lo largo de la vida.
Servicio de Endocrinología Adulto
Especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de desórdenes hormonales de diferente índole, como la tiroiditis de Hashimoto, que son consecuencia de inflamaciones o tumores de las glándulas endocrinas: tiroides, paratiroides, páncreas, ovarios, testículos, adrenales, hipófisis e hipotálamo.
Dentro de los trastornos más comunes que estudia la endocrinología destacan: enfermedades de la tiroides, los desequilibrios de hormonas sexuales, el cáncer de las glándulas endocrinas y trastornos del metabolismo del calcio como la osteoporosis, entre otros.
La Endocrinología Pediátrica se ocupa del diagnóstico y tratamiento de desórdenes hormonales en niños y jóvenes. Algunos de los trastornos más frecuentes de esta área son: las enfermedades de la tiroides, los desequilibrios hormonales, la baja estatura, el cáncer de las glándulas, los trastornos hormonales de la adolescencia, la diabetes, la obesidad, la hipertricosis y las alteraciones menstruales juveniles.
Endocrinología Adulto - Osteoporosis - Enfermedades del Metabolismo Fosfocálcico
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