Actualización al 2020
La infección por virus papiloma humano es muy frecuente en personas que tiene relaciones sexuales, se estima que un 80% de la población tiene contacto con el virus. La mayoría de las veces es asintomática y sin repercusiones. Cuando la infección persiste en el cuello del útero, puede desarrollar lesiones (verrugas) y cáncer cervicouterino por lo que es importante detectarla en el control ginecológico.
Además de causar cáncer en el cuello del útero, también puede producirlo en otras partes, como vagina, vulva, ano, pene y parte posterior de la garganta.
Existen más de 100 cepas diferentes del virus, para evitar algunas existen vacunas que protegen contra las cepas que tienen más probabilidad de producir cáncer.
Generalmente es asintomática, pero puede producir:
- Flujo genital anormal.
- Sangrado después de tener relaciones sexuales.
- Dolor abdominal.
Se adquiere por el contacto sexual. Es detectable antes de que dé complicaciones con el examen del Papanicolau y la detección del ADN del virus (PCR).
Es muy importante detectar de forma temprana las lesiones producidas por el virus para poder resecarlas antes que se transformen en cáncer cervicouterino. Generalmente se confirma con biopsia para descartar que no se trate de un cáncer inicial.
Conización con asa LEEP: es un procedimiento sencillo en que reseca una lesión precancerosa de alto grado una vez que ésta es confirmada. Sirve como tratamiento y también como biopsia definitiva para descartar un cáncer invasor.
Crioterapia: ocasionalmente se pueden destruir las lesiones con un proceso de congelación de éstas.