Vitiligo

¿Qué tipos de vitiligo existen?

El vitiligo se clasifica en varios tipos según la distribución y la extensión de las manchas blancas en la piel. Los principales tipos de vitiligo son:

• No segmentario o generalizado: corresponde al tipo más común. Se caracteriza porque las manchas aparecen de manera simétrica en ambos lados del cuerpo. No obstante, puede progresar con el tiempo y afectar a grandes áreas de la piel.
• Segmentario: las manchas aparecen solo en un lado del cuerpo y suelen seguir un patrón segmentario, estabilizarse después de un tiempo y no progresar tanto como el vitiligo no segmentario.
• Focal o localizado: se caracteriza por la presencia de una o pocas manchas despigmentadas en una o varias partes del cuerpo, y no están distribuidas de manera simétrica.
• Universal: es una forma rara y severa de vitiligo en la que la mayor parte de la piel, o casi toda, se despigmenta.
• Acrofacial: este tipo afecta principalmente las extremidades (manos y pies) y la cara, particularmente alrededor de los orificios (ojos, nariz, boca).

En Clínica Universidad de los Andes contamos con un completo Servicio de Dermatología, que se dedica al estudio, tratamiento y prevención de las enfermedades de la piel, uñas, mucosas y cabello. Además de tener médicos especialistas en el área, realizamos una amplia gama de exámenes dermatológicos.

¿Cuáles son las principales características del vitiligo?

• Daño en la piel: lesiones cutáneas, como quemaduras solares severas o cortes, pueden provocar el desarrollo de nuevas manchas despigmentadas en esas áreas. Este fenómeno se conoce como "fenómeno de Koebner".
• Edad: aunque el vitiligo puede desarrollarse a cualquier edad, es más común que comience antes de los 20 años.
• Color de piel: puede ser más evidente en personas con piel más oscura debido al mayor contraste entre las áreas despigmentadas y la piel no afectada.

¿Cuáles son los factores de riesgo de desarrollar vitiligo?

El vitiligo puede afectar a cualquier persona, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Por ejemplo:

• Antecedentes familiares: tener un familiar cercano con vitiligo u otra enfermedad autoinmune puede aumentar el riesgo de desarrollar vitiligo.
• Trastornos autoinmunes: esta condición está relacionada con otras enfermedades autoinmunes, como tiroiditis de Hashimoto, artritis reumatoide, diabetes tipo 1, y lupus.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas principales del vitiligo se centran en la aparición de manchas en diferentes zonas del cuerpo.

• Manchas despigmentadas en la piel: el síntoma más característico es la aparición de manchas blancas en la piel. Estas manchas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en áreas expuestas al sol, como las manos, los pies, los brazos, la cara y los labios.
• Cambio en el color del cabello: la despigmentación de los folículos pilosos puede derivar en canas prematuras en el cuero cabelludo, las cejas, las pestañas o la barba.
• Cambio en el color de las mucosas: aparición de manchas blancas en el interior de la boca o de la nariz.

¿Cómo se puede prevenir?

Debido a que su causa exacta no se comprende completamente, no existen medidas de prevención definitivas para el vitiligo. Sin embargo, se pueden tomar algunas precauciones para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad o para minimizar su progresión:

• Protección solar: se recomienda usar un protector solar de amplio espectro con un alto factor de protección (SPF) para proteger la piel y reducir el contraste entre la piel despigmentada y la piel normal.
• Ropa protectora: se sugiere usar ropa que cubra bien la piel, como sombreros de ala ancha, mangas largas y pantalones.
• Cuidado de la piel: es importante evitar cortes, raspaduras, quemaduras y otros tipos de trauma en la piel en personas que ya sufren de vitiligo.
• Gestión del estrés: el estrés emocional o físico puede desencadenar o empeorar el vitiligo en algunas personas. Practicar técnicas de manejo del estrés puede ser beneficioso.
• Chequeos médicos: frente a antecedentes familiares de vitiligo o enfermedades autoinmunes, es recomendable someterse a chequeos regulares con un dermatólogo.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de vitiligo, generalmente, se basa en un chequeo médico y exámenes:

• Chequeo médico: el especialista recopila información acerca de los síntomas y antecedentes familiares. Además, realiza una inspección visual de la piel para evaluar las manchas o despigmentaciones.
• Uso de una lámpara de Wood: esta es una lámpara especial que emite luz ultravioleta (UV). Bajo esta luz, las áreas afectadas por vitiligo aparecen más blancas y brillantes, lo que ayuda a distinguirlas de otras condiciones de la piel.
• Exámenes de laboratorio: dado que el vitiligo está asociado con otras enfermedades autoinmunes, se pueden realizar análisis de sangre para detectar condiciones como la tiroiditis de Hashimoto, la diabetes tipo 1 o anemia perniciosa.
• Descartar otras condiciones: el médico puede realizar pruebas adicionales para descartar otras enfermedades que causan despigmentación de la piel, como la pitiriasis alba, el albinismo, el melanoma amelanótico o ciertas infecciones cutáneas.

¿Cuál es el tratamiento del vitiligo?

El tratamiento del vitiligo tiene como objetivo restaurar el color de la piel o minimizar la apariencia de las manchas blancas. Sin embargo, no todos los tratamientos funcionan para todas las personas, y los resultados pueden variar. Algunas alternativas de tratamiento son:

• Corticoides tópicos: se trata de cremas o ungüentos con esteroides que pueden ayudar a repigmentar la piel, especialmente si se usan en las etapas iniciales del vitiligo. Este tratamiento es más efectivo en áreas pequeñas y menos visibles. Sin embargo, su uso prolongado puede causar efectos secundarios, como adelgazamiento de la piel.
• Inhibidores de la calcineurina: medicamentos como el tacrolimus o el pimecrolimus, que se aplican en la piel, pueden ser útiles, especialmente en áreas sensibles como la cara y el cuello. Estos medicamentos tienen menos efectos secundarios que los corticoides y son especialmente útiles en manchas pequeñas.
• Fototerapia (UVB de banda estrecha): la exposición controlada a la luz ultravioleta B de banda estrecha (UVB) puede ayudar a repigmentar las áreas afectadas.
• Fototerapia con psoralenos y UVA (PUVA): este tratamiento combina un medicamento llamado psoraleno, que hace que la piel sea más sensible a la luz ultravioleta, con exposición a luz UVA. Se puede administrar de manera tópica u oral, pero tiene más efectos secundarios y es menos común que la UVB de banda estrecha.
• Terapias psicológicas: debido al impacto emocional que puede tener el vitiligo, la terapia psicológica puede ser útil para manejar la ansiedad, depresión o baja autoestima asociadas con la condición. 

¿Qué esperar del tratamiento?

El tratamiento del vitiligo puede tener resultados variables, y es importante tener claras las expectativas del mismo.

• Repigmentación: es posible que las áreas tratadas vuelvan a adquirir color, pero también es probable que el tono no sea exactamente igual al de la piel no afectada. Las áreas como el rostro suelen responder mejor que otras, como las manos o los pies.
• Estabilidad de la enfermedad: en algunos casos, el tratamiento puede ayudar a estabilizar la enfermedad y prevenir la aparición de nuevas manchas.
• Mejora en la autoestima: para muchas personas, la repigmentación, aunque sea parcial, puede mejorar significativamente la autoestima y la calidad de vida.

¿Dónde lo tratamos?

Servicio de Dermatología

El Servicio de Dermatología se dedica al estudio, tratamiento y prevención de las enfermedades de la piel, uñas, mucosas y cabello.

Dentro de los problemas más frecuentes asociados a esta área encontramos: linfomas cutáneos, dermatitis atópica, psoriasis, acné, lesiones pigmentarias, cáncer a la piel y alopecia.

En nuestra Clínica, además de contar con médicos especialistas en el área, el paciente podrá acceder a una amplia gama de exámenes dermatológicos realizados por nuestro equipo de especialistas. 

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