11 hábitos que ayudan a prevenir el cáncer

Sabemos que el cáncer es provocado por una combinación de factores individuales que van desde lo genético hasta otros aún no identificados y ambientales. Si bien el componente genético no es modificable, sí resulta de gran utilidad reconocer aquellos factores ambientales conocidos, de modo de promover hábitos saludables y evitar conductas o factores de riesgo.

“En términos generales, la prevención del cáncer se asocia a tener algunos hábitos de vida saludable, tales como mantener un peso adecuado, evitar el tabaco, limitar la cantidad de alcohol, protegerse del sol, entre otros”, sostiene la Dra. Olga Barajas, oncóloga del Centro de Cáncer de Clínica Universidad de los Andes.

Específicamente ¿qué hábitos se deben adquirir para prevenir esta enfermedad?

Evitar el tabaco

Entre un 10 y un 30% de las muertes por cáncer a nivel mundial están relacionadas con el consumo de tabaco. Un alto porcentaje de los componentes del humo del tabaco tienen potencial carcinogénico.

“Fumar está relacionado con varios tipos de cáncer, incluyendo el de pulmón, cabeza, y cuello, boca, garganta, laringe, páncreas, vejiga, y riñón”, recalca la Dra. Barajas.

Incluso, ser fumador pasivo podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Es por esta razón, entre otras, que se recomienda mantener a los niños alejados del humo del tabaco.

No beber alcohol en exceso

El consumo de alcohol se asocia al desarrollo de algunas neoplasias, como cáncer de esófago, hígado, páncreas, mama, entre otros.

Se aconseja consultar al médico tratante sobre cuánto es considerado ingesta excesiva de alcohol de acuerdo al género, edad y condición de salud.

Tener una alimentación saludable

Una dieta balanceada puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer. Se recomienda evitar las carnes rojas y los productos procesados, privilegiar frutas, verduras y alimentos de origen vegetal.

En el caso de las mujeres, una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva extra virgen y frutos secos podría reducir la posibilidad de desarrollar cáncer de mama.

Evitar el sobrepeso

El sobrepeso y la obesidad pueden provocar cambios en el cuerpo que influyen en el desarrollo de cáncer.

Mantener un peso saludable podría reducir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de mama, endometrio, próstata, pulmón, colon y riñón.

Se aconseja consultar al médico tratante sobre cuál es el peso saludable dependiendo de la edad, género y condición de salud.

Hacer ejercicio

Además de ayudar a controlar el peso, la actividad física por sí sola podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de colon. Se recomienda incluir como mínimo 30 minutos de actividad física en la rutina diaria.

Cuidarse del sol (exceso de luz UV)

El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes y, en algunos casos, uno de los más fáciles de prevenir.

Según datos de Globocan, en el año 2020, más de 800 pacientes fueron diagnosticados en Chile con melanoma, el cáncer más grave de piel.

Por otra parte, niveles adecuados de vitamina D, relacionados a una alimentación sana y prudente exposición solar, son un factor protector de esta enfermedad.

Amamantar

La lactancia materna por el tiempo recomendado puede reducir el riesgo de padecer cáncer de mama. Esto se debe a que durante la lactancia se reduce la exposición prolongada a estrógenos y progesterona, hormonas que favorecen el crecimiento de algunos tumores.

Buena calidad de sueño

Dormir sin interrupciones y una cantidad adecuada de horas puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer cáncer. Estudios de National Sleep Foundation sostienen que las personas que duermen menos de seis horas o cuentan con una mala calidad de sueño, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer. 

Asimismo, apuntan que las mujeres que presentan sueño inquieto tienen una mayor tendencia al cáncer de mama, mientras que los hombres que muestran interrupciones pronunciadas del sueño podrían tener más probabilidades de desarrollar cáncer de próstata.

Controlar enfermedades crónicas

Las personas que cursan la mediana edad (entre 45 y 64 años), pueden debutar con  enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, enfermedades autoinmunes, patologías respiratorias y hepáticas, entre otras, que resultan en factores de riesgo para el desarrollo de algunos tipos de cáncer como páncreas, riñón, colon, recto, ovarios y mama.

Se aconseja consultar al médico tratante respecto a la mejor forma de hacer diagnóstico precoz y tratamiento adecuado de las patologías crónicas.

Vacunación

Protegerse contra ciertas infecciones virales también puede prevenir algunos tipos de cáncer. La hepatitis B, por ejemplo, puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de hígado.

En tanto, el virus del papiloma humano (VPH), de transmisión sexual, está asociado con el desarrollo del cáncer cervical y otros cánceres genitales; así como los tumores de cabeza y cuello.

Actualmente, la principal medida de prevención es la vacuna, que desde el año 2009 forma parte del Programa Nacional de Inmunización para las niñas y en 2019 se incluyó también a los niños. Se trata de dos dosis que se administra entre los 9 y 13 años, cursando cuarto y quinto básico.

“Vacunarse contra la hepatitis B y el VPH es fundamental para evitar el desarrollo de los cánceres señalados anteriormente”, enfatiza la oncóloga.

Realizar chequeos médicos de manera regular

Los autoexámenes y exámenes regulares para varios tipos de cáncer -como piel, colon, cuello uterino, mama, testículo, ganglios linfáticos - pueden aumentar las probabilidades de descubrir el cáncer en etapas precoces logrando así, un mejor pronóstico.

“Realizarse mamografía y Papanicolau de manera regular, tomar un PCR para virus del papiloma, chequearse con el urólogo en los casos de próstata, entre otros, son fundamentales para pesquisar a tiempo un tumor y tener así un mejor pronóstico”, enfatiza la Dra. Barajas.