Pie plano: conoce la cirugía mínimamente invasiva que trata esta patología
El pie es un órgano fundamental para nuestra calidad de vida, en palabras simples, es la base del cuerpo. Día a día nos proporciona el apoyo necesario para desplazarnos sin problemas. Está constituido por un conjunto de huesos articulados entre sí, formando arcos en los que se encuentran los ligamentos, tendones, fascias (tejidos muy resistentes) y músculos que son esenciales para mantener una estructura elástica, dinámica y móvil. Sin embargo, hay veces en los que esta armonía no se desarrolla adecuadamente.
El pie plano es en esencia el resultado de una subluxación de una o más articulaciones de la parte posterior del pie (retropié inestable), es decir, cuando estas se desplazan o mueven de lugar. Esto puede presentarse con pérdida del arco o, simplemente, cuando el pie se inclina hacia el medio sin disminución del arco.
Esta afección habitualmente no genera dolor, aunque en ocasiones puede presentar molestias en el pie o las piernas. Muchos asumen que se trata de una deformidad aceptable que se resolverá por sí sola. Sin embargo, la realidad es que puede progresar y conducir a deformidades no solo en el pie y el tobillo, sino también en la extremidad inferior.
En Chile, la prevalencia de pie plano fluctúa entre un 15 a 30%. Si bien no existen factores de riesgo para producirlo, se conocen algunas relaciones en la expresión de ciertas anomalías que se presentan en la población infantojuvenil, como obesidad y sedentarismo.
La razón por la que muchos médicos enfatizan en las plantillas, por sobre los procedimientos quirúrgicos, se debe a antiguas técnicas más radicales que se requerían para reconstruir la alineación del pie. Sin embargo, en la actualidad existe una cirugía mínimamente invasiva para jóvenes de hasta 15 años conocida como Calcáneo Stop. “Cuando el desarrollo de los pies es lento y no logra un retropié estable, manteniendo el talón desviado hacia dentro con o sin pérdida del arco longitudinal, se opta por el uso de esta técnica para su corrección definitiva, independiente de que existan o no síntomas”, explica el Dr. Mauricio Vergara, traumatólogo y ortopedista infantil de Clínica Universidad de los Andes
Esta cirugía consiste en una incisión en la piel en la que mediante el uso de una técnica apropiada se instala un tornillo en forma percutánea que permite reorientar los huesos del pie a su posición normal, impidiendo el movimiento de la articulación.
“La corrección es inmediata y evidente. El paciente puede comenzar a caminar a partir de los siete días. El tornillo en la mayoría de los casos se mantiene por dos años, después debe ser retirado y el problema de pie plano queda superado de manera permanente. Durante ese tiempo el paciente puede efectuar una vida normal e incluso hacer deporte”, concluye el especialista.