¿Cómo reconocer un infarto cardíaco?
Una de las principales enfermedades cardiovasculares es el infarto agudo al miocardio (IAM), el que requiere un diagnóstico rápido y precisos para mejorar el pronóstico. Para esto es muy importante reconocer sus primeros síntomas y acudir de inmediato a un servicio de Urgencia o tomar contacto con un especialista.
El Dr. Martín Valdebenito, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes, explica que los síntomas que nos sugieren la existencia de un infarto al corazón son:
- Dolor opresivo en el pecho, con una duración superior a los 5 minutos, asociado a naúseas, vómitos o sudoración. Este dolor puede irradiarse hacia la mandíbula o a los brazos.
- Cansancio o sensación de dificultad respiratoria inexplicada, sobre todo en pacientes de tercera edad y diabéticos.
El Dr. Martín Valdebenito señala que al llegar al servicio de urgencia se realizará una historia clínica, examen físico y un electrocardiograma. “Esta es la técnica más útil y frecuentemente utilizada para identificar el infarto agudo al miocardio. Si este hallazgo lo asociamos a la elevación en sangre de enzimas específicas (por ejemplo la troponina), como consecuencia de la liberación de estas por el tejido cardíaco dañado, producto del infarto, el diagnóstico es seguro”, afirma.
Cuando se diagnostica el infarto, las medidas a tomar de forma inmediata consisten, entre otras, en:
- Administración de analgésicos para combatir el dolor torácico.
- Suplementar con oxígeno, si es que el paciente lo requiere.
- Administración de medicamentos antiplaquetarios vía oral para ayudar a disolver el coágulo que está obstruyendo la circulación coronaria (como el ácido acetilsalicílico y el clopidogrel o ticagrelor).
Luego el paciente debe ser llevado a un centro con disponibilidad de intervencionismo coronario percutáneo (Hemodinamia), donde de forma segura y efectiva se hace el diagnóstico de la arteria coronaria que está obstruída y en el mismo momento se puede realizar el tratamiento definitivo, que consiste en “destapar” la arteria con la instalación de un stent. Si el paciente llega a un centro asistencial sin disponibilidad de un centro de Hemodinamia o no cuenta con la posibilidad de traslado a éste en un corto tiempo, la alternativa en estos casos es la administración de trombolíticos, los cuales son fármacos que disuelven el coágulo en la arteria obstruída.
En algunos casos seleccionados, el paciente será candidato a la realización de un bypass coronario, que consiste en seleccionar una sección de una vena o arteria de otra parte del cuerpo para unirla a la arteria coronaria, por encima y por debajo del área bloqueada. De esta forma se genera una nueva ruta por la que puede fluir la sangre al músculo cardíaco.
Cuando un paciente que manifiesta dolor torácico llega a Urgencia y el electrocardiograma es normal o muestra cambios muy discretos, se le deja en observación por algunas horas para mayor seguridad, ya que en ocasiones el infarto no se manifiesta de inmediato en los exámenes. En estos casos, se repiten los exámenes luego de un tiempo.
“El paciente solo debe ser dado de alta, cuando el médico esté completamente seguro de que estos exámenes se mantienen estables”, concluye el Dr. Valdebenito.