Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Cómo se puede ayudar a una persona que sufre una crisis suicida?

Cuatro técnicas fáciles de aplicar ayudan a disminuir la intensidad emocional.
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Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, fecha que busca concientizar sobre una de las principales causas de muerte en el mundo. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada 40 segundos una persona se quita la vida.

Es importante considerar que el suicidio depende de muchos factores y nunca existe una causa única, por lo que la decisión de la persona nunca dependerá de algo concreto, ni de lo que alguien de su entorno haya hecho o dejado de hacer.

El Dr. Francisco Bustamante, psiquiatra de Clínica Universidad de los Andes y líder del programa RADAR (Red para la Atención y Derivación de Adolescentes en Riesgo), afirma que “en el caso de presenciar una conducta suicida, lo primero es no entrar en pánico, porque esto puede asustar al afectado, y jamás negar o descalificar los sentimientos que tenga. Es fundamental entender que la persona está atravesando un sufrimiento emocional muy significativo y no tiene la capacidad de manejarlo por sí misma. Lo principal es brindar contención emocional, escuchar y acompañar, para que luego reciba ayuda lo antes posible”.

El psiquiatra agrega que es importante ser respetuoso, tener en cuenta sus sentimientos y no intentar cambiarlos, aunque no esté pensando con claridad, porque las emociones son reales. También, el silencio y el lenguaje corporal son fundamentales, evitar gritarle, hacer movimientos bruscos o decirle frases clichés que puedan generar inseguridad en la persona.  

 

TIPP: Técnicas para intervenir en una crisis suicida

El Dr. Bustamante presenta una serie de herramientas que pueden ayudar a disminuir la intensidad del sufrimiento emocional, resumidas bajo el acrónimo internacionalmente conocido como TIPP:

  1. Temperature (temperatura): buscar cambios intensos y rápidos de temperatura. Por ejemplo, ponerse hielo en cada mano, sumergir la cara por unos segundos en agua muy fría o poner frío en los ojos y mejillas. En el caso de presentar algún problema al corazón, es recomendable preguntar antes si se puede hacer este tipo de técnica de relajación.

  2. Intense exercise (ejercicio intenso): realizarlo por algunos minutos, como salir a correr a toda velocidad, saltar, hacer rápidamente flexiones, abdominales o sentadillas, en el caso de que la condición física lo permita.
  3. Paced breathing (respiración regulada): hacer respiraciones largas, lentas y profundas. Particularmente preocuparse de que sea desde el estómago, focalizándose en la inhalación y exhalación.
  4. Progressive muscle relaxation (relajación muscular progresiva): es recomendable sentir cómo los músculos van perdiendo tensión gracias a la respiración controlada y, de a poco, ir reconociendo las diferencias del cuerpo cuando está cada vez menos tenso.

Luego de hacer estas técnicas, lo más importante es buscar ayuda con un profesional de salud para que la persona pueda ser evaluada a la brevedad y continuar con el tratamiento adecuado.


El Programa RADAR, de la Universidad de los Andes, puso a disposición el libro “No estás sol@: prevenir el suicidio es posible”, el que puede ser descargado de forma gratuita en el sitio Ayudaradar.cl. Su objetivo es contribuir a que las familias o cualquier persona pueda detectar y apoyar de forma temprana a adolescentes que se encuentren en riesgo suicida.

 

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