Influenza: mucho más que un resfrío común
Entre abril y mayo se ha visto un aumento considerable de enfermedades respiratorias que han afectado a niños y adultos. De los virus que se han detectado, el de mayor circulación ha sido la influenza A.
Ante este escenario, el Dr. Carlos Pérez, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, hace un llamado al autocuidado y a vacunarse, sobre todo, a quienes conforman el grupo de riesgo. De no hacerlo, aumentan las probabilidades de sufrir un cuadro grave de la patología, que puede llevar a la hospitalización.
El especialista entrega algunos datos sobre este virus, para reconocerlo y protegerse de su contagio.
Qué es la influenza
También conocida como gripe, es una infección viral que ataca al sistema respiratorio. Las epidemias anuales son causadas por la influenza tipo A y B, y sus diferentes subtipos, como H1N1 y H3N2, que son las que más se han notificado en lo que va del año.
Los virus de la influenza están cambiando constantemente, con nuevas cepas que aparecen de manera regular. Si una persona ha tenido esta enfermedad en el pasado, su cuerpo ya produjo anticuerpos para combatir esa cepa específica del virus. Así, si un nuevo virus de la influenza es similar al que se contagió anteriormente o al de la vacuna que recibió, esos anticuerpos pueden prevenir la infección o reducir su gravedad. Sin embargo, los niveles de anticuerpos tienden a disminuir con el tiempo y pueden no proteger contra nuevas cepas que pueden ser muy diferentes de las anteriores, de ahí la importancia de la vacunación anual.
Síntomas de la influenza
La influenza afecta principalmente nariz, garganta y pulmones. Al comienzo, puede parecer un resfriado común, pero sus síntomas suelen aparecer de súbito y son mucho más intensos y molestos:
- Tos persistente o seca
- Dolor de garganta
- Congestión nasal
- Fiebre
- Dolor general o musculares
- Escalofríos y sudoración
- Cefalea o dolor de cabeza
- Fatiga, cansancio y debilidad
- Falta de aire al respirar
- Ardor en los ojos
- Diarrea y vómito (más común en los niños)
Método de transmisión
Los virus de la influenza se transmiten principalmente a través de gotitas de estornudos o tos, las que pueden llegar a otra persona y contagiarla. El virus también se puede propagar porque estas gotitas quedan en la superficie y si una persona sana tiene contacto con ellas y luego toca su nariz, boca u ojos, sin haberse lavado las manos, puede enfermarse.
El tiempo de incubación, es decir, desde la exposición al virus hasta el comienzo de los síntomas, es de entre 1 y 4 días.
Tiempo de contagio
En promedio, hay más riesgo de contagiar a otros durante los primeros 3 a 4 días después de la aparición de los síntomas. En algunos casos, este tiempo se puede extender.
Personas más propensas a contraer influenza
Se considera como grupos de riesgo a:
- Embarazadas, desde cualquier semana de gestación
- Niños de entre 6 meses hasta quinto básico
- Adultos mayores, desde 60 años
- Enfermos crónicos desde los 11 hasta los 59 años
- Personal de salud
- Trabajadores de avícolas y criaderos de cerdos
La importancia de vacunarse
Se ha demostrado científicamente que esta vacuna reduce la aparición de enfermedades relacionadas con influenza y el riesgo de sufrir complicaciones graves a causa de la patología, que puede dar lugar a consultas de urgencia, hospitalizaciones o incluso la muerte. Asimismo, ayuda a proteger a los grupos más vulnerables de contagiarse.
Otras medidas para evitar el contagio
- No estar en contacto con personas enfermas
- Evitar lugares con aglomeración
- Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo si se ha estado cerca de personas enfermas
- Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con el antebrazo y codo