Dolor de oído en verano, un invitado indeseado en vacaciones
La otitis es una de las enfermedades más habituales en niños durante los meses de verano, debido a las largas horas de exposición al agua.
Pero no existe un solo tipo de otitis. El aparato auditivo está conformado por dos porciones: una periférica que corresponde al oído externo y medio, y una central donde se aloja el oído interno. Y así como el oído está conformado de varias partes, también existen distintos tipos de infecciones que pueden afectar a este órgano.
Otitis externa aguda (OEA)
La otitis externa, llamada también otitis del nadador (dado que los gérmenes vienen del exterior, habitualmente agua de piscinas) es una infección de la piel del conducto auditivo causada en un 98% de los casos por bacterias.
Entre el 80 y el 85% de estas otitis se producen en verano. Sus síntomas incluyen dolor, secreción y, en algunos casos, pérdida o disminución transitoria de la audición.
La Dra. Constanza Beltrán, otorrinolaringóloga del Centro de Oído de Clínica Universidad de los Andes, explica que “tras la exposición al agua, la piel del conducto auditivo externo va perdiendo su capa protectora, con lo que comienzan a proliferar bacterias. Esto genera una infección de la parte externa del oído. En este caso, la infección del oído no se asocia a síntomas respiratorios y el dolor es muy superficial, molestando mucho cualquier contacto con la oreja”, explica.
Además del agua, otro de los factores de riesgo para la otitis de verano es la utilización de cotonitos u objetos filosos para eliminar la cerilla de los oídos, lo que raspa la piel del conducto auditivo.
El signo más representativo de la otitis externa -o de verano- es un dolor agudo al presionar delante del oído o incluso simplemente al tocar la oreja, y raramente produce fiebre.
La Dra. Beltrán señala que la otitis externa “es habitual en verano por la excesiva exposición a la humedad generada por prolongados periodos bajo el agua o por un mal secado de oídos luego del baño. Esto aumenta las probabilidades de introducir bacterias u hongos al canal auditivo y que estas se mantengan ahí por un tiempo, generando la inflamación de esa área”.
Otitis media aguda (OMA)
Esta es una enfermedad caracterizada por la presencia de líquido en el oído medio y la inflamación de la mucosa que recubre el espacio del oído medio, usualmente con presencia de fiebre alta, siendo propia del otoño-invierno.
La infección es causada a menudo por la obstrucción de la Trompa de Eustaquio, que da lugar a la retención de líquidos y supuración de las secreciones retenidas.
La otitis media aguda es una complicación frecuente de resfríos, y la bacteria entra al oído a través de los mocos desde la nariz y la garganta.
El síntoma más identificable de este tipo de infección al oído es la fiebre alta, acompañada también de dolor de oído.
¿Cómo tratar las otitis?
Esto dependerá del tipo de infección y lugar del oído que afecte a la persona.
En el caso de la otitis externa, el tratamiento consiste en el uso de gotas para los oídos que contienen antibiótico. Las gotas atacarán la infección y permitirán disminuir la inflamación del conducto auditivo.
Paralelamente, se debe mantener el oído seco, lo que impide el baño en piscinas, lagos o mar durante el verano. Con el tratamiento adecuado, la otitis externa se suele curar en un plazo de 7 a 10 días.
En el caso de la otitis media aguda, la mayoría de las infecciones bacterianas requieren de tratamiento antibiótico. Se suelen recetar medicamentos para el dolor como antiinflamatorios y, en algunos casos, descongestionantes nasales o antialérgicos.
Para prevenir esta enfermedad, se recomienda limpiar y secar bien el conducto auditivo al salir del agua, evitar baños prolongados en lagos o piscina, no usar cotonitos ni pinzas en la limpieza del canal auditivo, ya que esto solo consigue empujar el cerumen al interior del oído. En los casos de otitis de repetición, se pueden utilizar tapones para evitar la entrada de agua.