El corazón también se afecta por el calor
Los adultos mayores, niños menores de cuatro años, quienes trabajan al aire libre o en lugares calurosos, y las personas con enfermedades crónicas, como cardiovasculares o pulmonares, y diabetes, entre otras, tienen más riesgo de tener complicaciones cardiacas por temperaturas extremas.
El Dr. Dante Lindefjeld, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes, explica que en condiciones de calor extremo, el corazón tiende a trabajar más porque tiene que bombear más que lo habitual para enviar mayor cantidad de sangre a la piel. Así, las glándulas sudoríparas hacen que aumente la transpiración y se logra reducir la temperatura corporal.
Aun en personas sanas, la capacidad cardiaca para bombear todo lo necesario puede ser superada por la demanda de eliminar calor, y la temperatura del cuerpo se eleva y puede alterar el sistema metabólico, provocando dolor muscular y de cabeza. En quienes tienen enfermedades cardiovasculares, la incapacidad de aumentar el fluyo está limitada y los efectos pueden ser peores. El fracaso de ajustar la temperatura, refrigerar el cuerpo, y condicionar la sobreexigencia de los órganos, puede llevar a una falla multiorgánica y el colapso, también llamado “golpe de calor”.
"Si el corazón no está bien y se ve obligado a bombear más, la persona puede sufrir cansancio, congestión pulmonar, baja de la tensión arterial y desmayos. Incluso, en algunos casos, el corazón llega un límite donde no es capaz de compensar las condiciones de calor y puede sufrir un infarto masivo”, explica el especialista.
Quienes tienen mayor riesgo de presentar problemas cardiacos por el calor son:
- Adultos mayores de 65 años, especialmente los más ancianos y que necesitan de otros para sus cuidados básicos
- Pacientes con enfermedades crónicas
- Personas mayores que viven solas y tienen escaso contacto social
- Trabajadores, deportistas o personas que pasan varias horas en exteriores y en zonas calurosas
- Niños menores de cuatro años
Para que estas complicaciones no ocurran, el Dr. Lindefjeld recomienda no exponerse al calor porque esa es una gran sobrecarga de trabajo para el corazón y si este está enfermo, puede no tolerarlo. Asimismo, preferir estar a la sombra si es posible y refrescarse con buena hidratación, toallas húmedas y ventilador.