Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Enfermedad inflamatoria intestinal: más que un dolor abdominal

Tan solo un 10 a 15% de los pacientes presenta antecedentes familiares.
icono whatsapp 2

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), engloba dos patologías: enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se trata de una condición inmunomediada en la que existe inflamación crónica del tubo digestivo, en la cual a una persona que está predispuesta genéticamente, se le activan vías proinflamatorias, que dañan la mucosa de la boca, intestino delgado, colon y/o recto, entre otros.

A pesar de que tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa pueden tener síntomas similares, la primera se caracteriza por presentar con mayor frecuencia dolor abdominal, fiebre y pérdida de peso involuntaria. En tanto, aquellas personas que padecen colitis ulcerosa tienen generalmente sangrado anal y diarrea.

 “Alrededor de un 30% de los pacientes puede manifestar también síntomas extraintestinales, en el que otros órganos se ven afectados por esta alteración inmune, tales como compromiso articular, dermatológico, oftalmológico o vascular”, explica el Dr. Rodrigo Quera, gastroenterólogo y jefe del Centro de Enfermedades Digestivas de Clínica Universidad de los Andes.

Si bien no existen cifras a nivel nacional sobre la prevalencia de estas enfermedades, se sabe que han ido en aumento, pues los factores ambientales y dietas procesadas cumplen un rol importante en el desarrollo y evolución al afectar el sistema inmune.

En relación a la edad de presentación –que se da comúnmente entre los 20 y 40 años– la enfermedad inflamatoria intestinal puede ser diagnosticada en pacientes pediátricos y también en algunos que cursan la tercera edad. “Se sabe que aquellos a los que se les dio un diagnóstico de enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa antes de los 16 años tendrán una evolución que puede ser desfavorable, por lo que su tratamiento, probablemente, tendrá que ser mucho más agresivo para evitar un deterioro mayor en la calidad de vida”, cuenta el especialista.

A pesar de que no hay grandes diferencias en el tipo de manifestación según el sexo, aquellas mujeres que quieren ser madres, deben tener en cuenta que su patología debe estar inactiva durante la gestación. “Es importante considerar que la mayoría de los medicamentos que se utilizan en el tratamiento pueden mantenerse durante el embarazo sin riesgo para el desarrollo de este. Además, si bien el componente genético está presente, tan solo un 10 a 15% de los pacientes tienen antecedentes familiares directos con EII”, agrega.

El tratamiento debe incluir medidas no farmacológicas y farmacológicas, tales como:

  • Dieta adecuada
  • Actividad física recurrente
  • Buen dormir
  • Suspensión del tabaco, específicamente, si se tiene enfermedad de Crohn

“Aunque en la actualidad se siguen usando medicamentos estándar (mesalazina, corticoides e inmunomoduladores), el conocimiento de la alteración inmunológica ha permitido ofrecer nuevas terapias, como la de tipo biológica y moléculas pequeñas. Sin embargo, pese a estos avances, la cirugía sigue siendo una opción en aquellos pacientes que no responden a los distintos fármacos”, dice el Dr. Quera.

Es importante considerar que solo un manejo interdisciplinario que incluya a médicos, enfermeras, nutricionistas y psicólogos, permitirá un enfrentamiento integral, permitiendo de esta manera mejorar la calidad de vida del paciente. 

Reserva de hora