Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Epilepsia: la importancia de un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado

Si se pesquisa a tiempo, es posible manejar los síntomas y tener una buena calidad de vida.
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¡A vestir de morado! Es la invitación que se hace cada 26 de marzo para celebrar el Purple Day -o Día Púrpura-, fecha impulsada por la Fundación Anita Kaufmann y la Asociación de Epilepsia de Nueva Escocia con el objetivo de sensibilizar e informar sobre la realidad que viven quienes tienen epilepsia y así, crear conciencia a nivel mundial de lo importante que es diagnosticarla a tiempo y educar sobre ella. 

Y es que más de 50 millones de personas en el mundo (1 a 2% de la población) tienen epilepsia, según cifras de la Organización Mundial de la Salud. En Chile, en tanto, anualmente 114 de cada 100.000 personas adquieren esta enfermedad o son diagnosticadas con ella, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud. En países de bajos ingresos, quienes sufren esta enfermedad no reciben el manejo clínico adecuado e incluso, muchas veces, son discriminados por el desconocimiento que existe al respecto. 

La Dra. Anna Milán, neuróloga especialista en epilepsia del Centro de Neurociencias de Clínica Universidad de los Andes, explica que esta patología se puede presentar a cualquier edad, aunque es más frecuente que inicie antes de los diez años o después de los 65, y las causas son diferentes en ambos grupos. “Es una enfermedad neurológica frecuente cuyo diagnóstico precoz logra una mejor calidad de vida y posibilidad de tratamientos más eficaces, por eso debe ser diagnosticada cuanto antes”, aclara la Dra. Milán.

Las temidas crisis de epilepsia

La epilepsia se caracteriza por crisis recurrentes debidas a una descarga excesiva e hipersincrónica de las neuronas de la corteza cerebral, asociadas a diversas manifestaciones clínicas. En casi la mitad de los casos no es posible encontrar la causa de la enfermedad. En el resto de ellos, pueden ser por diversos factores como:

  • Consecuencia de un traumatismo encéfalo-craneano.
  • Asfixias de parto.
  • Tumores cerebrales.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Malformaciones cerebrales.
  • Malformaciones del desarrollo cortical.
  • Enfermedades genéticas.
  • Consecuencia de infecciones del sistema nervioso, como meningitis, encefalitis o cisticercosis.

Las crisis epilépticas son la expresión clínica (síntomas y signos) de un funcionamiento anormal transitorio de las neuronas de la corteza cerebral. Son eventos que ocurren en forma espontánea, es decir, no son provocados ni precipitados por un factor conocido. Asimismo, por lo general, duran menos de un minuto, son autolimitados y tienden a ser estereotipados, es decir, a ser similares en cada persona.

Según el área de la corteza donde se generen las descargas, serán los síntomas que se den. Pueden ser, entre otros:

  • Sensaciones estereotipadas de distinta índole (denominados “auras epilépticas”)
  • Pérdida de conocimiento o conciencia
  • Movimientos incontrolados de brazos y piernas

En general, se repite el mismo tipo de crisis en la misma persona y, muchas veces, se dan ciertas sensaciones previas, como sentir un olor determinado, hormigueo o cambios emocionales (“auras”).

Es importante aclarar que tener una única convulsión en la vida no es sinónimo necesariamente de epilepsia.

Tratamientos actuales para la epilepsia

El diagnóstico y tratamiento deben ser realizados por médicos especialistas. El diagnóstico de epilepsia se realiza mediante diferentes exámenes específicos realizados en un Laboratorio de Electroencefalografía, los que pueden incluir:

  • Electroencefalograma estándar.
  • Electroencefalograma con privación parcial o total de sueño.
  • Electroencefalogramas prolongados.
  • Videomonitoreo electroencefalogramas prolongados en estudio prequirúrgico y diagnóstico de epilepsia.

Además, se hace monitoreo en pacientes que ingresan críticos o en estatus epiléptico.

Existen varios métodos disponibles para tratar la epilepsia, como medicamentos, cirugía, estimuladores del nervio vago y dietas específicas. En la actualidad, la epilepsia comienza a tratarse con medicamentos, con lo cual alrededor de un 70% de los pacientes logra un buen control de sus crisis. El fármaco adecuado lo debe indicar el especialista según las características del paciente, el tipo de epilepsia y los efectos adversos.

En el porcentaje de personas que no responde a medicamentos, se puede considerar la realización de una cirugía de epilepsia y la utilización de herramientas paliativas para disminuir las crisis.

La cirugía para epilepsia está indicada en quienes no se obtienen los resultados esperados con el uso de dos o más medicamentos antiepilépticos. “Esta cirugía tiene dos fines: dejar al paciente sin crisis, lo que sería resolutivo, o disminuir la cantidad de crisis con fines paliativos, por ejemplo, reducirlas a un número más tolerable, lo que implica un impacto importante en la calidad de vida de la persona y su familia”, señala el Dr. Hernán Acevedo, neurocirujano de Clínica Universidad de los Andes.

 

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