“Es muy difícil tratar de llevar una vida normal con una enfermedad como esta”
Para María Inés Mora la cirugía de prolapso vaginal era la única opción.
Edad avanzada, varios partos y obesidad son los principales factores de riesgo para que se produzca debilidad de los músculos y ligamentos que sostienen los órganos en la pelvis, produciendo prolapso genital.
Así le ocurrió a María Inés Mora, quien a los 81 años fue operada por segunda vez: “Sabía que tenía que hacerlo, ya me costaba caminar y uno de los síntomas más desagradables era la incontinencia urinaria y fecal, en ocasiones. Es muy difícil tratar de llevar una vida normal con una enfermedad como esta”, dice.
Esta es una patología en que se produce el descenso de la vejiga, el recto o el útero a través de las paredes vaginales.
Entre los factores de riesgo están:
• Edad avanzada: produciéndose un aumento del riesgo en la menopausia por la caída de estrógenos, lo que determina que los tejidos pierdan elasticidad y se lesionen más fácilmente.
• Partos: especialmente cuando se utilizan fórceps y si nacen hijos de más de cuatro kilos.
• Obesidad: porque determina un aumento de presión constante sobre los órganos pelvianos.
El Dr. José Antonio González, ginecólogo y miembro del Programa de Piso Pélvico Femenino de Clínica Universidad de los Andes, explica que los casos más leves pueden ser tratados modificando factores de riesgo como el sobrepeso y tabaquismo, o controlando patologías respiratorias que implican tos constante. También pueden manejarse activamente con apoyo kinésico, de tal forma de fortalecer la musculatura del piso pelviano, dando soporte a los órganos y evitando así que estos desciendan excesivamente.
Cuando estas alternativas no son efectivas, se opta por la cirugía para reparar los tejidos que sostienen las paredes vaginales. Las técnicas pueden ser por vía vaginal, abdominal o laparoscópica y se adapta a cada paciente, según el tipo de prolapso que presente, el segmento comprometido y cuán avanzado esté.
En el caso de María Inés, la cirugía era la única opción. Ella cuenta que en el consultorio le dijeron que no podía pasar más tiempo, hicieron los trámites y la llamaron para contarle que tenía la posibilidad de operarse en Clínica Universidad de los Andes, ya que había sido seleccionada para el Programa de Beneficencia.
“Es lo mejor que me ha pasado en muchos años y ojalá otras personas puedan tener una oportunidad como esta”, asegura.
El Programa de Piso Pélvico Femenino de Clínica Universidad de los Andes cuenta con un equipo médico multidisciplinario especialista en patologías como prolapso genital, incontinencia urinaria de esfuerzo, vejiga hiperactiva, dolor pélvico crónico e incontinencia anal.
Así le ocurrió a María Inés Mora, quien a los 81 años fue operada por segunda vez: “Sabía que tenía que hacerlo, ya me costaba caminar y uno de los síntomas más desagradables era la incontinencia urinaria y fecal, en ocasiones. Es muy difícil tratar de llevar una vida normal con una enfermedad como esta”, dice.
Esta es una patología en que se produce el descenso de la vejiga, el recto o el útero a través de las paredes vaginales.
Entre los factores de riesgo están:
• Edad avanzada: produciéndose un aumento del riesgo en la menopausia por la caída de estrógenos, lo que determina que los tejidos pierdan elasticidad y se lesionen más fácilmente.
• Partos: especialmente cuando se utilizan fórceps y si nacen hijos de más de cuatro kilos.
• Obesidad: porque determina un aumento de presión constante sobre los órganos pelvianos.
El Dr. José Antonio González, ginecólogo y miembro del Programa de Piso Pélvico Femenino de Clínica Universidad de los Andes, explica que los casos más leves pueden ser tratados modificando factores de riesgo como el sobrepeso y tabaquismo, o controlando patologías respiratorias que implican tos constante. También pueden manejarse activamente con apoyo kinésico, de tal forma de fortalecer la musculatura del piso pelviano, dando soporte a los órganos y evitando así que estos desciendan excesivamente.
Cuando estas alternativas no son efectivas, se opta por la cirugía para reparar los tejidos que sostienen las paredes vaginales. Las técnicas pueden ser por vía vaginal, abdominal o laparoscópica y se adapta a cada paciente, según el tipo de prolapso que presente, el segmento comprometido y cuán avanzado esté.
En el caso de María Inés, la cirugía era la única opción. Ella cuenta que en el consultorio le dijeron que no podía pasar más tiempo, hicieron los trámites y la llamaron para contarle que tenía la posibilidad de operarse en Clínica Universidad de los Andes, ya que había sido seleccionada para el Programa de Beneficencia.
“Es lo mejor que me ha pasado en muchos años y ojalá otras personas puedan tener una oportunidad como esta”, asegura.
El Programa de Piso Pélvico Femenino de Clínica Universidad de los Andes cuenta con un equipo médico multidisciplinario especialista en patologías como prolapso genital, incontinencia urinaria de esfuerzo, vejiga hiperactiva, dolor pélvico crónico e incontinencia anal.