Fenómeno Sephora Kids y la obsesión por el cuidado de la piel
No hay duda de que el cuidado de la piel es importante, pero este debe ser acorde a la edad y a las necesidades individuales, y seguir las recomendaciones de profesionales de la salud, no lo que se ve en redes sociales.
En el último tiempo, ha aumentado la compra y uso de productos cosméticos y de belleza por niñas de entre 8 y 12 años, un fenómeno conocido como Sephora Kids, nombre derivado de la cadena de tiendas de maquillaje. Los expertos han advertido sobre el uso de cosméticos por parte de las menores, especialmente aquellos con ingredientes como retinol o ácido hialurónico, adecuados para adultos, pero no para niñas con una barrera cutánea más delicada y sensible.
La Dra. Ligia Aranibar, dermatóloga pediátrica de la Clínica Universidad de los Andes, confirma el incremento de consultas por problemas dermatológicos debido al uso de estos productos, mayoritariamente destinados a adultos y potencialmente dañinos para la piel infantil.
“Por su edad, las niñas tienen la piel más delicada y pueden sufrir efectos secundarios como sequedad, irritación y alergias. Por este motivo, es adecuado guiar a las niñas y a sus padres para que lleven a cabo una rutina adecuada, acorde a la edad, antecedentes clínicos y tipo de piel. En general, sugerimos una limpieza apropiada, hidratación suave y protección solar”, asegura la especialista.
Impacto socioemocional
Susana Saravia, psicóloga infantojuvenil de la Clínica Universidad de los Andes, comenta que, desde el punto de vista socioemocional, “durante esta etapa se produce una exploración y experimentación fundamental para el desarrollo infantil, aunque existe el peligro de exponerse a estándares de belleza que pueden generar presiones y una autopercepción negativa. Esto puede derivar en un enfoque excesivo en la imagen corporal, dañando la autoestima e influyendo en el desarrollo de posibles trastornos alimenticios”.
El foco en el autocuidado y la belleza debe ser valorar las capacidades personales sin caer en una obsesión por cumplir ciertos estereotipos. Los padres son los principales agentes para mitigar riesgos y, al mismo tiempo, promover un entorno de autoaceptación.
La psicóloga recomienda “evitar la sobreexposición a las redes sociales y a estímulos no adecuados para las capacidades cerebrales y de desarrollo cognitivo de los niños, ya que pueden no procesar la información de manera adecuada. Además, es importante educar sobre el uso correcto de las redes sociales y discernir qué contenido es fiable”.