Fiebre en niños: ¿A qué debemos estar atentos?
La fiebre es uno de los principales motivos de consulta al pediatra y en servicios de urgencia. Si bien es común, es importante que los padres estén alerta a la aparición de signos que pueden ser graves.
Los niños, desde los primeros meses pueden presentar fiebre, que se define como temperatura mayor o igual a 37,5°C axilar. Es un mecanismo de defensa principalmente frente a infecciones, sobre todo virales y algunas bacterianas, pero puede aparecer también frente a cuadros oncológicos y reumatológicos.
En recién nacidos y lactantes menores puede producirse fiebre por sobre abrigo, que generalmente no supera los 38°C, y cede al desabrigarlo.
Si bien la fiebre por sí sola no permite realizar un diagnóstico certero, es fundamental observar todos los síntomas que la acompañan para orientar al diagnóstico, ya que se debe tratar al paciente y no a la fiebre.
La Dra. Lorena Yates, coordinadora de la Urgencia Pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, señala que es muy importante tener en cuenta que “la temperatura normal varía entre 36°C y 37°C, llegando incluso hasta los 37,5°C, lo que se debe a factores fisiológicos. Sobre esta temperatura, es importante que los padres observen la sintomatología acompañante y sepan cuándo consultar”.
Con respecto a cuándo hay que buscar la opinión de un especialista, la Dra. Yates destaca los siguientes signos:
- Que dure más de 48 horas
- En niños menores de tres meses
- Que esté acompañada de rechazo alimentario, vómitos o deshidratación
- Que se asocie a somnolencia o irritabilidad
- Que también se de dolor de cabeza o cefalea
- Presencia de fiebre en personas que se han hecho una cirugía recientemente
- Fiebre en paciente oncológico o con patología crónica
¿Cómo manejar la fiebre en la casa?
La Dra. Yates explica que se debe administrar antipiréticos. El más comúnmente usado es el paracetamol, en dosis de 10-15 mg/kg/dosis, que puede repetirse máximo cada seis horas.
Si se quiere potenciar el efecto antipirético, posteriormente a éste se pueden utilizar compresas húmedas tibias en el tórax y abdomen, siempre y cuando no incomoden al niño.
Se debe evitar dar baños y utilizar compresas frías, ya que éstas pueden tener el efecto contrario y elevar más la temperatura.
“Tener estas consideraciones es fundamental, ya que debemos tener en cuenta que la fiebre es signo de que algo fuera de lo común está sucediendo en el organismo, por lo tanto, hay estar atento a las alertas y consultar cuando sea necesario”, enfatiza la Dra. Yates.