Hernia inguinal en niños
Si bien no siempre manifiesta síntomas, se distingue por el aumento de volumen fluctuante en la región inguinal y, en algunos casos, por dolor.
En los niños, este tipo de hernia se produce cuando existe un abultamiento en la región inguinal que se origina por la salida de contenido intraabdominal, debido a la debilidad de la pared muscular en esa zona.
Esta patología es diferente en adultos y niños, ya que en estos últimos la mayoría de las veces (más del 95% de los casos), se debe a una falta en el cierre normal del conducto por donde pasa el testículo hacia el escroto en los varones, y unos ligamentos que sujetan el útero (redondos) en las niñitas, durante la etapa de desarrollo dentro del vientre materno, y no a una debilidad muscular propiamente tal como ocurre en los adultos.
En la mayoría de los casos, sólo se necesita una exploración física para detectarlo, ya que es una protuberancia que es sensible al tacto. Muchas veces se manifiesta al estar de pie en posición vertical, cuando se aumenta la presión intraabdominal al hacer fuerza con los músculos de la pared abdominal, o con la tos. Si existen dudas luego del examen, se pide una ecotomografía de la zona, donde se puede mostrar el orificio inguinal profundo y el conducto abierto, con contenido en su interior.
El Dr. Eduardo Leopold, cirujano pediátrico de Clínica Universidad de los Andes, enfatiza que algunos síntomas de la hernia inguinal son “un aumento de volumen que cambia durante el día en la zona donde está la hernia. A veces puede causar molestia, sensación de peso o dolor en la zona, especialmente al agacharse o toser. A esto puede sumarse, en los varones, aumento de volumen alrededor del testículo. Se manifiesta de distintas maneras y también depende de la edad del niño. Lo importante es estar atentos a estos signos y síntomas”.
Con respecto a cuáles son los principales riesgos de la hernia inguinal, el especialista indica que “lo más importante es que los padres consulten ante la más mínima duda, ya que el problema de estas hernias es que pueden atascarse y luego estrangularse. Eso ocurre cuando el contenido de ellas, que generalmente es intestino delgado, no logra volver espontáneamente al abdomen y comienza a sufrir daño por falta de irrigación, hasta llegar al punto de necrosarse y romperse dentro del saco herniario”.
En relación al tratamiento que se debe llevar a cabo, es importante enfatizar que una vez realizado el diagnóstico de hernia inguinal, se indica una cirugía. Si bien no es un procedimiento de urgencia, salvo en los casos de hernia atascada que el especialista no pueda reducir, no se recomienda esperar demasiado tiempo para realizar la intervención, por la probabilidad de que la hernia se atasque o estrangule.
“La corrección quirúrgica es diferente a la que se realiza en el adulto, ya que el defecto anatómico es diferente. En los adultos, en general se utiliza una malla. En los menores no es necesario usarla, es diferente en niños y niñas. Actualmente la cirugía ideal es por vía laparoscópica a través del ombligo para ellas, ya que no deja una cicatriz visible y hay menos dolor post operatorio. A ellos se realiza por vía inguinal o por vía laparoscópica. Esta última intervención requiere de mucha experiencia en cirugía de mínima invasión por parte del cirujano”, finaliza el especialista.
Esta patología es diferente en adultos y niños, ya que en estos últimos la mayoría de las veces (más del 95% de los casos), se debe a una falta en el cierre normal del conducto por donde pasa el testículo hacia el escroto en los varones, y unos ligamentos que sujetan el útero (redondos) en las niñitas, durante la etapa de desarrollo dentro del vientre materno, y no a una debilidad muscular propiamente tal como ocurre en los adultos.
En la mayoría de los casos, sólo se necesita una exploración física para detectarlo, ya que es una protuberancia que es sensible al tacto. Muchas veces se manifiesta al estar de pie en posición vertical, cuando se aumenta la presión intraabdominal al hacer fuerza con los músculos de la pared abdominal, o con la tos. Si existen dudas luego del examen, se pide una ecotomografía de la zona, donde se puede mostrar el orificio inguinal profundo y el conducto abierto, con contenido en su interior.
El Dr. Eduardo Leopold, cirujano pediátrico de Clínica Universidad de los Andes, enfatiza que algunos síntomas de la hernia inguinal son “un aumento de volumen que cambia durante el día en la zona donde está la hernia. A veces puede causar molestia, sensación de peso o dolor en la zona, especialmente al agacharse o toser. A esto puede sumarse, en los varones, aumento de volumen alrededor del testículo. Se manifiesta de distintas maneras y también depende de la edad del niño. Lo importante es estar atentos a estos signos y síntomas”.
Con respecto a cuáles son los principales riesgos de la hernia inguinal, el especialista indica que “lo más importante es que los padres consulten ante la más mínima duda, ya que el problema de estas hernias es que pueden atascarse y luego estrangularse. Eso ocurre cuando el contenido de ellas, que generalmente es intestino delgado, no logra volver espontáneamente al abdomen y comienza a sufrir daño por falta de irrigación, hasta llegar al punto de necrosarse y romperse dentro del saco herniario”.
En relación al tratamiento que se debe llevar a cabo, es importante enfatizar que una vez realizado el diagnóstico de hernia inguinal, se indica una cirugía. Si bien no es un procedimiento de urgencia, salvo en los casos de hernia atascada que el especialista no pueda reducir, no se recomienda esperar demasiado tiempo para realizar la intervención, por la probabilidad de que la hernia se atasque o estrangule.
“La corrección quirúrgica es diferente a la que se realiza en el adulto, ya que el defecto anatómico es diferente. En los adultos, en general se utiliza una malla. En los menores no es necesario usarla, es diferente en niños y niñas. Actualmente la cirugía ideal es por vía laparoscópica a través del ombligo para ellas, ya que no deja una cicatriz visible y hay menos dolor post operatorio. A ellos se realiza por vía inguinal o por vía laparoscópica. Esta última intervención requiere de mucha experiencia en cirugía de mínima invasión por parte del cirujano”, finaliza el especialista.