Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Hígado graso: causas y factores de riesgo de esta patología

Estamos participando en tres estudios clínicos para el desarrollo de medicamentos para tratar la enfermedad en diferentes etapas.
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Con el paso del tiempo, la alta ingesta de carbohidratos, alcohol, grasas y azúcares (fructosa) produce ciertas alteraciones en el hígado que pueden derivar en hígado graso. Esta enfermedad se manifiesta por la inflamación en dicho órgano debido a la acumulación de grasa en el interior de los hepatocitos -células del hígado-, lo que puede producir inflamación, fibrosiscirrosis, en algunos pacientes.

El Dr. Gabriel Mezzano, hepatólogo del Programa de Enfermedades Hepáticas de Clínica Universidad de los Andes, destaca que “cuidar nuestro hígado es primordial, ya que es un órgano que cumple múltiples funciones, vitales para el organismo. En ese contexto, la mala alimentación y el sedentarismo han favorecido la aparición de esta patología, incluso, en personas más jóvenes”.

Con respecto a cuáles son los factores de riesgo, resaltan los siguientes:

Los pacientes que presentan hígado graso, en general, no tienen síntomas y se pesquisa en el contexto de una ecografía abdominal o exámenes rutinarios de laboratorio. En este contexto, es necesario descartar la presencia de otras patologías hepáticas que se pueden manifestar de forma similar, como la hepatitis C y hepatitis B, entre otros. El diagnóstico oportuno es fundamental para un adecuado tratamiento y evitar la progresión a fibrosis hepática, cirrosis o cáncer al hígado. 

“Hay que identificar a aquellos pacientes con hígado graso que puedan tener fibrosis, ya que es un factor de mal pronóstico. Es por ello que se utiliza una técnica de elastografía por Fibroscan. Esta herramienta permite medir o cuantificar el grado de fibrosis hepática y grasa que tiene un paciente, siendo una técnica no invasiva, rápida y reproducible que reemplaza, en muchos casos, la necesidad de la realización de biopsia hepática”, señala el Dr. Mezzano.

Prevención y tratamiento del hígado graso

El especialista entrega las siguientes recomendaciones para evitar la aparición y avance de esta enfermedad:

  • Hacer ejercicio 150 a 300 minutos a la semana como mínimo
  • Consumir diariamente frutas y verduras, idealmente de hoja verde
  • Ingerir carnes blancas o magras y bajas en grasas
  • Evitar azúcares, grasas y alcohol
  • Preferir alimentos integrales y cereales para obtener fibra, fundamental para el buen funcionamiento del tránsito intestinal

En cuanto al tratamiento, este debe ser multidisciplinario para abordar las áreas de nutriología, diabetología, cirugía y kinesiología, con el fin de optimizar el manejo de otras morbilidades y, eventualmente, hacer uso de otras herramientas farmacológicas o quirúrgicas.

Estudios para el tratamiento de hígado graso

Esta es una de las patologías más relevantes. Aproximadamente, un 30% de adultos tiene hígado graso y, de ellos, un 5-10% desarrollaran fibrosis y de estos aproximadamente un 13% cirrosis. Además, es una de las principales razones en el mundo por las que se requiere un trasplante de hígado en la actualidad.

“Antiguamente, la causa principal era por alcohol y virus, pero hace algunos años vemos una tendencia en que predomina un estilo de vida poco saludable asociado a hígado graso. El tratamiento se basa en cambios de estilo de vida, en hacer ejercicio regularmente, llevar una dieta sana y libre de fructosa, una baja de peso, suprimir el consumo de alcohol, entre otras medidas, todas a largo plazo. Si bien son efectivas, no hay ningún medicamento para le hígado graso propiamente tal disponible en Chile en la actualidad”, explica el Dr. Mezzano.

Por esto, se están realizando varios estudios a nivel mundial, apuntando a diferentes etapas de toda la historia natural de la enfermedad, con fibrosis o cirrosis.

Como Clínica, en la Unidad de Ensayos Clínicos estamos participando en tres estudios relacionados. Se trata de:

  • FORTUNA: evalúa el efecto y seguridad del medicamento AZD2693 en comparación con placebo, en participantes con esteatohepatitis no alcohólica (NASH) no cirrótica con fibrosis que son portadores del alelo de riesgo PNPLA3 rs738409 148M.
  • NAVIGATE: evalúa la eficacia y seguridad de Belapectin (GR-MD-02) en la prevención de várices esofágicas en pacientes con cirrosis por esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y con signos de hipertensión portal.
  • AKERO: evalúa la eficacia y seguridad de Efruxifermin en pacientes con cirrosis compensada por esteatohepatitis no alcohólica (NASH)/esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH).

Para el Dr. Mezzano, el desarrollo de investigación clínica permite brindar a los pacientes nuevas alternativas de tratamiento para esta enfermedad, lo que es una ventaja en esta condición, además de ayudar a entender mejor la patología y sus complicaciones.

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