La importancia de usar un zapato de buena calidad
Hay que considerar el material, forma, tamaño y altura del taco para que no afecte los pies.
Una amplia variedad de zapatos se puede encontrar en el mercado. Planos, con plataforma o con tacos. Anchos o estrechos y de diferentes materiales y colores. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que una mala elección puede producir algunas complicaciones y afectar la salud de los pies.
El Dr. Cristián Ortiz, traumatólogo del Centro de Tobillo y Pie de Clínica Universidad de los Andes, explica que uno de los zapatos que más problemas pueden producir son los estrechos y de taco alto: “lo que más afecta este tipo de calzado es al antepié, pudiendo empeorar las molestias de los hallux valgus o juanetes. También es común que produzcan lesiones como los dedos de martillo, el neuroma de morton y los granos blandos”.
El primero produce inflamación, dolor o irritación; el segundo es una irritación del nervio interdigital, que genera una sensación de electricidad, y el tercero corresponde a diferentes tipos de callos.
Esto ocurre porque el uso de taco alto hace que se pierda el movimiento natural del pie al caminar, sobrecargando la zona del metatarso y tensando la musculatura del pie, además de acortar el tendón de Aquiles. Asimismo, y sobre todo si el taco es alto y muy angosto, entrega poco apoyo al talón, haciendo que el caminar sea inestable y se pueda sufrir lesiones de tobillo.
Por el contrario, un zapato plano aumenta la tensión de los músculos de la pantorrilla y el tendón de Aquiles, por lo que se recomienda que, al menos, el calzado tenga un taco de un par de centímetros.
En cuanto a la suela, esta debe ser flexible para permitir el movimiento del pie, pero a la vez, firme para evitar lesiones y entregar una amortiguación correcta.
El cuero es el material más recomendable, junto a otros expansibles, porque al ser flexible, se adapta a la forma del pie. Además, hace que este transpire menos por ser poroso, evitando malos olores y la aparición de hongos.
En qué fijarse al comprar zapatos
Estos problemas se pueden prevenir fácilmente usando el zapato adecuado. El especialista afirma que lo más recomendable es elegir uno de acuerdo al largo, ancho y forma del pie. Además, hay que considerar que, con el paso de los años, el pie se ensancha, pero no se alarga.
El Dr. Ortiz aconseja:
Comprar al final del día, porque el pie está hinchado, lo que ocurre generalmente al pasar mucho tiempo sentados. En la mañana el pie está en su estado más natural, por lo tanto, no está inflamado.
- El zapato debe quedar cómodo desde el primer momento, al igual que otras prendas de vestir.
- Debe quedar cómodo en el pie más grande, tanto de largo como de ancho.
- Que quede espacio suficiente entre el dedo más largo del pie y el borde del zapato.
Ante cualquier dolor o síntoma de deformidad, callosidad y dificultad de uso de calzado, es recomendable visitar a un especialista para seguir el tratamiento más indicado, que incluso puede derivar en cirugía.
El Dr. Cristián Ortiz, traumatólogo del Centro de Tobillo y Pie de Clínica Universidad de los Andes, explica que uno de los zapatos que más problemas pueden producir son los estrechos y de taco alto: “lo que más afecta este tipo de calzado es al antepié, pudiendo empeorar las molestias de los hallux valgus o juanetes. También es común que produzcan lesiones como los dedos de martillo, el neuroma de morton y los granos blandos”.
El primero produce inflamación, dolor o irritación; el segundo es una irritación del nervio interdigital, que genera una sensación de electricidad, y el tercero corresponde a diferentes tipos de callos.
Esto ocurre porque el uso de taco alto hace que se pierda el movimiento natural del pie al caminar, sobrecargando la zona del metatarso y tensando la musculatura del pie, además de acortar el tendón de Aquiles. Asimismo, y sobre todo si el taco es alto y muy angosto, entrega poco apoyo al talón, haciendo que el caminar sea inestable y se pueda sufrir lesiones de tobillo.
Por el contrario, un zapato plano aumenta la tensión de los músculos de la pantorrilla y el tendón de Aquiles, por lo que se recomienda que, al menos, el calzado tenga un taco de un par de centímetros.
En cuanto a la suela, esta debe ser flexible para permitir el movimiento del pie, pero a la vez, firme para evitar lesiones y entregar una amortiguación correcta.
El cuero es el material más recomendable, junto a otros expansibles, porque al ser flexible, se adapta a la forma del pie. Además, hace que este transpire menos por ser poroso, evitando malos olores y la aparición de hongos.
En qué fijarse al comprar zapatos
Estos problemas se pueden prevenir fácilmente usando el zapato adecuado. El especialista afirma que lo más recomendable es elegir uno de acuerdo al largo, ancho y forma del pie. Además, hay que considerar que, con el paso de los años, el pie se ensancha, pero no se alarga.
El Dr. Ortiz aconseja:
Comprar al final del día, porque el pie está hinchado, lo que ocurre generalmente al pasar mucho tiempo sentados. En la mañana el pie está en su estado más natural, por lo tanto, no está inflamado.
- El zapato debe quedar cómodo desde el primer momento, al igual que otras prendas de vestir.
- Debe quedar cómodo en el pie más grande, tanto de largo como de ancho.
- Que quede espacio suficiente entre el dedo más largo del pie y el borde del zapato.
Ante cualquier dolor o síntoma de deformidad, callosidad y dificultad de uso de calzado, es recomendable visitar a un especialista para seguir el tratamiento más indicado, que incluso puede derivar en cirugía.