Lactancia materna: mucho más que un alimento perfecto
La lactancia materna, además de entregar apego, contención y cercanía con el recién nacido, también otorga nutrientes fundamentales para su desarrollo, ya que es un alimento perfecto que también fortalece su sistema inmunológico.
Es por eso que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva los seis primeros meses. Luego, las guaguas ya pueden comenzar a recibir otros alimentos que complementan de buena forma los nutrientes que tiene la leche materna.
Para recordar la importancia de la lactancia, del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, campaña coordinada por la Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna que tiene por objetivo crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados a la lactancia.
Carolina Urbina, matrona jefa de Neonatología, explica las ventajas que tiene la lactancia materna para el recién nacido:
- Protege al niño frente a enfermedades gastrointestinales y broncopulmonares
- Disminuye la incidencia de alergias e infecciones, y el riesgo de padecer obesidad, diabetes e hipercolesterolemia
- Favorece el apego con la madre, lo que da contención al recién nacido
- Protege contra enfermedades agudas y crónicas
- Mejora el desarrollo psicomotor y favorece el desarrollo cognitivo
Beneficios de la lactancia materna para las madres:
- Reduce el riesgo de hemorragias después del parto
- Previene el cáncer de ovario y de mama
- Ayuda a recuperar el peso
Para lograr una correcta lactancia, Carolina Urbina explica que “es importante considerar que un factor fundamental en el establecimiento y mantención de la lactancia materna es el inicio precoz de esta una vez nacido su bebé, al igual que el mantener una lactancia a libre demanda. Asimismo, generar un ambiente tranquilo, que la madre se encuentre cómoda, en la posición adecuada y que el bebé quede de frente al pezón. Para generar un buen acople, la boca del recién nacido debe cubrir gran parte de la areola, y su nariz y mentón tener contacto con el pecho, generando una succión rítmica, donde la madre no presente dolor en las mamas”.
Otras señales de un buen acople y lactancia efectiva son que el niño aumente entre 18 y 28 gramos diarios, logre dormir entre 1,5 y 3 horas seguidas y que moje al menos seis pañales con orina durante el día; y entre tres y cuatro veces con deposiciones. “El amamantamiento es la forma más natural que tienen las madres de alimentar a sus hijos. Es un proceso maravilloso, donde se genera un fuerte vínculo que no solo permite entregar alimento, sino que también cariño y amor. Para eso, es importante que las madres reciban el apoyo adecuado de su familia y de su entorno, que permita que el recuerdo de esta etapa sea grato y feliz”, finaliza Carolina.
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