Los exámenes preventivos sugeridos para los adultos mayores
Si bien en las personas mayores aumenta el riesgo de padecer patologías crónicas -como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer-, con controles periódicos es posible prevenir o detectar a tiempo problemas de salud que pueden pasar inadvertidos por no tener una sintomatología llamativa, o porque sus manifestaciones son poco comunes, o minimizadas por los mismos pacientes o atribuirlos al paso de los años.
El Dr. Víctor Cares, geriatra del Centro del Adulto Mayor de Clínica Universidad de los Andes, comenta que “los exámenes preventivos que se recomiendan son aquellos que han demostrado que generan un beneficio mayor al riesgo de someterse a ellos y que mejoran la salud en la mayoría de estos pacientes”.
¿Cuáles son estos exámenes?
Análisis de sangre
Para determinar si hay anemia, alteraciones del colesterol o infecciones, evaluar el nivel de glucosa -que permite sospechar diabetes-, el funcionamiento de la tiroides y de los riñones, entre otros.
Análisis de orina
Está recomendado en hipertensos, diabéticos, pacientes con insuficiencia renal y con síntomas urinarios.
Electrocardiograma en reposo
El ECG permite detectar arritmias e infartos. Se recomienda en quienes tienen síntomas como dolor al pecho o palpitaciones, en pacientes que presentan factores de riesgo como tabaquismo, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial o colesterol alto, y en personas con alteración del pulso al examen físico.
Presión arterial
Debe ser medida, al menos, una vez al año.
Densitometría ósea
Mide la cantidad de calcio de los huesos y detecta osteopenia y osteoporosis. Está indicado para mujeres sobre los 65 años y para hombres mayores de 70 años con factores de riesgo como bajo peso, padres con fractura de cadera, fumadores activos o consumo de alcohol de tres o más dosis diarias.
Audiometría
Luego de los 65 años es común empezar a desarrollar pérdida auditiva, causada por un problema en la estructura del oído o en los nervios que controlan la audición, la que se mide a través de una audiometría.
Evaluación oftalmológica
Con una revisión oftalmológica anual, es posible prevenir o tratar precozmente cataratas, glaucoma, degeneración macular y enfermedades oculares relacionadas con la diabetes, patología más habituales con el paso de los años.
Colonoscopía
Examen para detectar cáncer de colon. Se sugiere realizarlo cada 10 años, entre los 45 y los 75 años, o antes si se tiene antecedentes familiares. Entre los 75 y los 85 la decisión será individualizada y, sobre los 85 años, no se recomienda como examen de rutina.
También se puede optar por un test de hemorragia oculta anual, el cual no es invasivo y detecta si hay pérdida no visible de sangre en las deposiciones.
Endoscopía digestiva
Para detectar cáncer gástrico. Se sugiere cuando hay riesgo de esta enfermedad.
Ecografía abdominal
El cáncer de vesícula es una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres en Chile. Este examen no invasivo puede ser recomendado en ellas desde los 40 años. También sirve para la detección de aneurisma de aorta abdominal, por lo que se indica una vez entre los 65 y 75 años en hombres que hayan sido fumadores.
Radiografía o scanner de tórax
Para detectar cáncer pulmonar en fumadores activos o que dejaron de fumar hace menos de 15 años.
Mamografía y Papanicolau para las mujeres
A partir de los 50 años, se recomienda realizar una mamografía cada dos años, hasta los 75 años, para detectar cáncer de mama.
En el caso del Papanicolau, es la técnica más utilizada para detectar de forma precoz el cáncer de cuello uterino. Si en los dos exámenes previos a los 65 años los resultados son favorables, no es necesario volver a realizarlo.
Antígeno prostático para los hombres
Para detectar cáncer de próstata. Se sugiere realizarlo en hombres desde los 45 años (desde los 40 años si tiene antecedente familiar de cáncer prostático). Permite establecer riesgo de padecer cáncer prostático. En caso de salir alterado, se debe complementar con otros estudios.
Control dental
Para evitar la pérdida de dentadura y evitar el desarrollo de enfermedades bucales. Estas instancias también sirven para conocer alteraciones hematológicas, metabólicas, inmunológicas, ortopédicas, procesos infecciosos, uso desmedido de fármacos o deficiencias nutricionales.
La Dra. Luz Martínez, Médico Jefe de la Unidad de Medicina Preventiva de Clínica Universidad de los Andes, explica que el deterioro de la función y la pérdida de la independencia no son una consecuencia inevitable del envejecimiento. Dada la alta prevalencia y el impacto de los problemas de salud crónicos entre los pacientes mayores, las intervenciones preventivas para abordar estos problemas se vuelven cada vez más importantes, para maximizar tanto la cantidad como la calidad de vida de los adultos mayores.
El estado fisiológico y funcional varía mucho en esta población. Esta amplia heterogeneidad significa que las decisiones, tanto preventivas como terapéuticas, deben considerarse en función de las necesidades individuales. La edad por sí sola no debería ser el único determinante de muchas intervenciones. Es por esta razón que realizar controles periódicos de salud (o chequeos preventivos) es útil para evaluar el estado de salud actual, definir estudios y tratamientos, con el objetivo preservar la función y maximizar la calidad de vida.