Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Fibrosis hepática: nuevas oportunidades de tratamiento

Investigaciones de dos universidades españolas abren las puertas a nuevas terapias para una enfermedad que hasta la fecha no tiene cura y ocupa el primer lugar en las causas del trasplante hepático a nivel mundial.
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Tal como el diccionario lo describe, la fibrosis es “la formación patológica de tejido fibroso en un órgano del cuerpo”. Cuando este tejido fibroso, semejante a cicatrices, se produce y deposita en el hígado, se habla de fibrosis hepática

Esta patología es un proceso de degeneración del tejido hepático que se produce a partir de distintas enfermedades hepáticas crónicas como las infecciones virales crónicas (virus de la hepatitis B y C), por el consumo de alcohol o por la creciente pandemia de la obesidad, declarada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS),  que contribuyen en el desarrollo del hígado graso, entre otras causas. 

Se trata de una enfermedad crónica que se encuentra en la antesala de la cirrosis y del cáncer de hígado y que ocupa el primer lugar entre las causas de trasplante hepático en el mundo, incrementado el riesgo de mortalidad de los pacientes. Cada vez es más común, principalmente debido al creciente número de personas con obesidad y diabetes tipo 2, dos de las patologías más asociadas al hígado graso, que pueden progresar hacia la fibrosis.  

La fibrosis por sí misma no causa síntomas, pero estos aparecen cuando se llega a la cirrosis en etapa descompensada. Algunos síntomas son:  

  • Pérdida de apetito y de peso  
  • Fatiga   
  • Ictericia (color amarillento en la piel y ojos)  
  • Acumulación de fluido en abdomen (ascitis) e hinchazón en las piernas   
  • Confusión y dificultad para concentrarse  
  • Sangrado digestivo   

Una vez que aparece la fibrosis, se analiza el grado de esta para clasificar la etapa de la enfermedad y realizar el tratamiento y seguimiento adecuados. El manejo para evitar la progresión de la fibrosis es el tratamiento de la causa de base, buscar y tratar hipertensión portal y otras complicaciones que se generen, además de cambios en el estilo de vida. Sin embargo, estas medidas pueden no ser suficientes para frenar o revertir la fibrosis. Hasta la fecha, no existe tratamiento farmacológico aprobado antifibrosis.   

Sin embargo, una luz de esperanza surge para estos pacientes tras un estudio publicado en febrero de este año en la revista “Journal of Hepatology”, el cual señala que investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBEROBN) de la Universidad de Santiago de Compostela, España, descubrieron que la inhibición de la proteína CPT1A -presente en niveles altos en las células estrelladas del hígado de pacientes con fibrosis-, reduciría la activación de dichas células, y como consecuencia, el daño en este órgano.  

Para la Dra. Lorena Castro, hepatóloga de Clínica Universidad de los Andes, “se trata de un importante avance en esta enfermedad dado que, hasta la fecha, no teníamos un tratamiento que evitara la progresión y vemos cómo los pacientes tienen una pobre calidad de vida”. 

Además, un trabajo de la Clínica Universidad de Navarra en conjunto con la Universidad de Newcastle, de Reino Unido, recientemente publicado en la revista “Gut”, abre las puertas a nuevas terapias para esta y otras fibrosis, como la pulmonar o la cardíaca. Dichos investigadores europeos sostienen que una molécula, la CM-272, tiene un papel importante para bloquear la fibrosis hepática, inhibiendo la activación de las células estrelladas hepáticas fundamentales en este proceso. 

“Todas estas investigaciones son esperanzadoras y esperamos en un futuro cercano poder aplicarlas en la práctica clínica de pacientes que, pese al tratamiento de la causa de base, avanzan en su enfermedad”, sostiene la Dra Castro. 


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