Obesidad: tratamientos para reducir el peso de manera efectiva
La obesidad es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo y representa un desafío importante para la salud pública, ya que está ligada directamente con otras patologías que pueden llegar a ser graves, como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Para lograr un tratamiento completo de esta patología, es esencial que se haga con un equipo multidisciplinario, formado por cirujanos, nutriólogos y nutricionistas, diabetólogos, psiquiatras y psicólogos, y kinesiólogos. En nuestro Programa de Obesidad, además, trabajamos con enfermeras encargadas del seguimiento del paciente, y de ayudarlo en lo que pueda necesitar.
“El objetivo del manejo por parte de diferentes profesionales de la salud es abordar todas las aristas relacionadas con la enfermedad y sus posibles tratamientos, para ayudar a los pacientes a cumplir sus metas en todo el proceso y a largo plazo, mejorando su calidad de vida y disminuyendo su riesgo de enfermar o tener eventos potencialmente graves”, explica el Dr. Enrique Lanzarini, cirujano digestivo del Programa de Obesidad de Clínica Universidad de los Andes.
Opciones terapéuticas para la obesidad
Existen diversos procedimientos y tratamientos disponibles para abordar esta enfermedad desde un enfoque integral.
Tratamiento médico
Los cambios de hábitos son fundamentales para una mejoría de la salud y calidad de vida. Estos implican tres pilares principales:
- Alimentación balanceada: Un plan nutricional personalizado y diseñado por un nutricionista es esencial para alcanzar un peso saludable y mantenerlo.
- Actividad física: La actividad física regular y constante es una aliada para el control o reducción de peso, ya que mejora el metabolismo, reduce la ansiedad, disminuye la hipertensión arterial, entre otros beneficios.
- Medicamentos: De acuerdo al historial médico y condiciones de la persona y sus necesidades, el nutriólogo tratante puede indicar fármacos como apoyo, los que pueden reducir el apetito o impedir la absorción de grasa. Siempre deben ir acompañados de cambios de hábitos de vida saludable y bajo supervisión médica.
Cirugía bariátrica
Si los tratamientos anteriores no tienen el efecto esperado, y para las personas con índice de masa corporal (IMC) muy alto y/o con otras patologías asociadas, los procedimientos quirúrgicos pueden ser una opción.
La cirugía bariátrica permite reducir la cantidad de kilos y, además, disminuir la carga de otras enfermedades. Se realiza por vía laparoscópica y es mínimamente invasiva.
Los tipos de cirugía bariátrica son:
Bypass gástrico
Se crea un depósito pequeño (reservorio) en la parte superior del estómago, el que va conectado al intestino delgado. Restringe los alimentos ingeridos, ya que no ingresan al resto del estómago, lo que produce saciedad rápidamente. Origina también una disminución en la absorción de grasas al hacer que los alimentos se salten parte del tracto digestivo, y cambios de las señales entre el sistema digestivo y el sistema nervioso central, que favorecen el control de enfermedades asociadas.
Permite perder entre el 50 y 75% del exceso de peso corporal a largo plazo.
Se recomienda en caso de obesidad tipo III (IMC de 40 o más) o para casos de obesidad tipo II (IMC de entre 35 y 39) que, además, tienen otras enfermedades asociadas.
Gastrectomía en manga
Se extirpa gran parte del estómago (80%), por lo que disminuye considerablemente la capacidad de ingesta de alimentos, pero también favorece cambios hormonales que reducen otras enfermedades asociadas.
Permite la pérdida de 60 a 70% de peso.
Se indica para casos de obesidad mayor (IMC de entre 35 y 39) o en pacientes con obesidad menor (IMC de entre 30 y 34) y que tienen otras patologías.
Otros procedimientos
Opción no quirúrgica para aquellas personas con un IMC mayor a 28 y con enfermedades asociadas, que no hayan tenido éxito con los tratamientos médicos.
Balón gástrico ingerible
Se instala un balón intragástrico, el cual se ingiere a través de una cápsula que mide alrededor de 3 cm de largo y que, una vez posicionado en el estómago (y supervisado con rayos X), es inflado con líquido. Se realiza sin anestesia, con el paciente despierto.
Permite perder entre 10 y 15 kilos.
Balón gástrico endoscópico
Es otro tipo de balón intragástrico que se instala por vía endoscópica y con anestesia general.