Pielonefritis: principal complicación de una infección urinaria
La infección urinaria es la enfermedad más frecuente del aparato urinario y de todo el organismo después de las patologías respiratorias, siendo mayoritariamente común en las mujeres. Según cifras de la Clínica Universidad de Navarra, se estima que en el mundo se diagnostican 150 millones de infecciones urinarias al año.
“Si bien la gran mayoría son de carácter leve, si se descuidan, pueden evolucionar a complicaciones graves”, sostiene el doctor Rodrigo Orozco, nefrólogo de Clínica Universidad de los Andes.
La principal de estas complicaciones es la pielonefritis, que consiste en una infección renal -en la gran mayoría de los casos- de origen bacteriana. Se trata de una infección en la uretra o la vejiga que ha ascendido hasta alcanzar uno o ambos riñones. En algunos casos (principalmente en niños y adolescentes), la bacteria puede llegar desde el tracto digestivo al riñón a través de la sangre.
Cuando una infección renal no es tratada a tiempo, puede conducir a complicaciones potencialmente graves como:
- Formación de cicatrices en el riñón: puede provocar enfermedad renal crónica, hipertensión arterial e insuficiencia renal.
- Sepsis: los riñones filtran los desechos de la sangre y la devuelven al resto del cuerpo. Una infección renal puede hacer que las bacterias se propaguen por el torrente sanguíneo y la infección cause una falla sistémica.
- Complicaciones en el embarazo: puede causar parto prematuro, muerte perinatal y retardo del crecimiento del recién nacido.
- Absceso renal: acumulación de pus en el riñón que puede derivar en una sepsis severa y shock séptico, poniendo en riesgo la vida, especialmente en personas mayores.
- Pielonefritis crónica: consecuencia del deterioro renal debido a infecciones recurrentes que afectan al riñón en la infancia (pielonefritis agudas de repetición).
Existen una serie de factores que aumentan el riesgo de padecer pielonefritis, tales como:
- Ser mujer
- Embarazo
- Obstrucción en las vías urinarias
- Sistema inmunitario debilitado
- Vejiga neurogénica
- Uso de catéter urinario por tiempo prolongado
- Reflujo vesicoureteral
¿Cuáles son los síntomas de la pielonefritis?
- Picor, dolor o escozor al orinar
- Micciones (necesidad constante de orinar) más frecuentes de lo habitual.
- Fiebre alta y escalofríos
- Dolor en la espalda (especialmente en los costados)
- Dolor abdominal
- Náuseas
- Vómitos
- Presencia de sangre (hematuria) o pus en la orina
- Turbidez o mal olor en la orina
Una vez que se ha diagnosticado la pielonefritis y si la infección es bacteriana, normalmente el tratamiento consiste en la administración de antibióticos. En tanto, cuando la infección es grave, es posible que el paciente deba ser hospitalizado para administrarle antibióticos por vía intravenosa y soporte vital en función de sus necesidades concretas. El 50% de los pacientes con pielonefritis aguda requiere hospitalización.
¿Cómo reducir los riesgos de una infección urinaria?
- Beber líquidos, especialmente agua, lo que puede ayudar a eliminar las bacterias del organismo al orinar.
- Orinar según necesidad, no retrasar la ida a orinar cuando se siente la necesidad.
- Vaciar la vejiga después de las relaciones sexuales. En las mujeres, esto ayuda a eliminar bacterias de la uretra y disminuye el riesgo de tener infección.
- Limpiarse cuidadosamente. En mujeres, se recomienda secarse de adelante hacia atrás después de orinar y de defecar. Esto ayuda a evitar que las bacterias se difundan hacia la uretra.
- Evitar usar productos en la zona genital, como jabones y/o desodorantes en el área genital, que pueden causar irritación.
- Tratar en forma precoz la cistitis aguda. Ya que suelen complicarse.