Clínica Universidad de los Andes / Noticia

¿Este dolor será apendicitis?

Una vez que el apéndice está infectado, puede perforarse en menos de 36 horas luego del comienzo de los síntomas.
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El motivo de consulta más frecuente en los servicios de urgencia es el dolor abdominal. Dentro de sus causas, la más habitual es la apendicitis aguda, que requiere una cirugía de urgencia. Esta enfermedad corresponde a la inflamación del apéndice, segmento del intestino grueso con forma de dedo que sobresale del colon en la parte inferior derecha del abdomen, llamada ciego.

El Dr. Carlos Rivera, cirujano digestivo de Clínica Universidad de los Andes, señala que el 7 a 9% de las personas tendrá apendicitis aguda durante su vida. Esto significa que siempre se debe pensar que ante un dolor abdominal que no pasa con analgesia o antiespasmódicos corrientes, que duele más que lo habitual, que no parece tener una explicación, es mejor ir a un servicio de urgencia.  

Reconocer sus síntomas para consultar a tiempo es muy importante, ya que, de atrasarse el diagnóstico, podría derivar en una perforación que provoque una peritonitis, condición de mayor gravedad en que se produce una infección en la cavidad abdominal. Una vez que el apéndice está infectado, puede perforarse en menos de 36 horas luego del comienzo de los síntomas.

 

¿Cómo distinguir si se trata de apendicitis?

Lo más característico, comenta el Dr. Rivera, es un dolor sordo que suele comenzar en el epigastrio (parte superior del abdomen), para luego migrar o moverse a la parte inferior derecha, o cerca de la zona umbilical. A medida que empeora la inflamación, aumenta el dolor y podrían aparecer otras molestias, como:

  • Dolor que empeora al toser, moverse o realizar movimientos bruscos
  • Pérdida del apetito
  • Decaimiento
  • Náuseas o vómitos
  • Fiebre o sensación febril
  • Estreñimiento o, por el contrario, diarrea

El especialista agrega que no suele tampoco relacionarse con comidas o ejercicio, y sobreviene en cualquier momento del día o la noche.

Algunas molestias específicas pueden ayudar a pensar que se trata de otra enfermedad, como dolor en la parte baja de la espalda o región lumbar, asociado a fiebre y molestias urinarias como dolor o ardor al orinar. Esto plantea la posibilidad de que se trate de una infección urinaria.

Un dolor más alto, al lado derecho, luego de comer grasas o comidas muy pesadas y que se haga constante asociado a náuseas y vómitos, puede deberse a un cólico biliar o una colecistitis aguda, por la inflamación de la vesícula biliar, o, una pancreatitis aguda (inflamación del páncreas).

Mientras que la aparición de diarrea líquida muy frecuente y dolor abdominal difuso, tipo cólico o que va y viene, con el antecedente de haber ingerido alimentos en mal estado, cuando hay otras personas afectadas con un cuadro similar y que comieron lo mismo en más o menos un tiempo acotado de horas o máximo días, hace pensar en una intoxicación alimentaria.

“Es importante que si el dolor es diferente al que se ha tenido en otras oportunidades, se ubica ahora en el cuadrante inferior derecho del abdomen y no ha cedido luego de reposo y observación por algunas horas, consultar a un servicio de urgencia, pues si se trata de una apendicitis, su manejo oportuno es lo más seguro y conveniente”, afirma el Dr. Rivera.

El diagnóstico se puede hacer clínicamente en la consulta ambulatoria o de urgencia. Una de las acciones que realiza el médico es presionar suavemente sobre la zona adolorida y soltar, ya que al hacer esto, el dolor de apendicitis suele empeorar debido a la inflamación del revestimiento de la cavidad abdominal, llamado peritoneo.

Confirmado el diagnóstico, se indica la resolución quirúrgica para extraer el apéndice, lo que no tiene ninguna consecuencia para el organismo. Actualmente, la cirugía se realiza por vía laparoscópica, es decir, mediante pequeñas incisiones, se revisa la cavidad mediante una cámara de televisión y ayudado por pinzas, se ubica el apéndice para extraerlo.

Si se ha realizado la cirugía a tiempo, la mayoría de los pacientes son dados de alta antes de 24 horas y su recuperación, en los casos no complicados, es muy rápida, volviendo a sus actividades habituales a la semana o menos, y a realizar deportes a los 15 o 20 días de operado.

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