¿Por qué no debemos automedicarnos?
El Dr. Francisco Espinoza, médico internista, aclara esta duda.
Automedicarse es una conducta común en todo el mundo. Recibir la recomendación de un familiar o tomar un medicamento que en el pasado pudo haber funcionado, es una idea que probablemente todos hemos tenido. Muchas veces se toman antibióticos, psicotrópicos, antiespasmódicos, antinflamatorios, laxantes y otros fármacos sin indicación médica. Pero todos los medicamentos tienen efectos adversos y el desconocimiento de los riesgos asociados puede ser incluso mortal.
Algunos de los problemas que pueden surgir con la automedicación son:
- Experimentar un efecto adverso al fármaco, que al inicio puede ser silencioso y que luego puede traer problemas de gravedad. Arritmias, falla renal, úlceras digestivas, alteraciones neurológicas y hematológicas son algunos de los efectos adversos severos. Dentro de los leves, la intolerancia gástrica es el más común (dolor, náuseas, gastritis, diarrea), seguido por las manifestaciones alérgicas, por ejemplo, en la piel.
- Experimentar una interacción con algún otro medicamento de uso previo. Este fenómeno puede provocar el aumento del efecto de alguno de los remedios o hacer más frecuente la presentación de un efecto adverso grave.
- En cuanto a los antibióticos, es imprescindible ser evaluado por un médico y exigir la receta médica, ya que la automedicación de este tipo de fármacos genera resistencia bacteriana que afecta no sólo al paciente, sino que constituyen un riesgo para la población, ya que algunos gérmenes se hacen resistentes a los fármacos de uso habitual y requieren luego escalar en terapias más costosas y complejas.
- Crear dependencia al medicamento usado sin prescripción.
En resumen, son varias las creencias que llevan a automedicarse:
- Creer que los fármacos que se venden sin receta son inocuos.
- Pensar que cuando se tiene síntomas parecidos a los que se ha tenido en otras oportunidades, se puede consumir el mismo medicamento, y que si olvida una dosis, se pueden tomar dos juntas.
- Pensar que, si un medicamento le sirvió a un familiar o un amigo, también le sirve a uno.
Lo importante es ser consciente de que se generan complicaciones por un mal uso y la clave es recibir siempre la orientación de un especialista.