Quemaduras en niños: un riesgo que aumenta en invierno
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 1% de la población pediátrica mundial sufre quemaduras cada año, lo que equivale a 15 millones de niños. Si bien en Chile la incidencia de niños quemados ha disminuido en un 44%, de acuerdo al estudio epidemiológico “Un Nuevo Mapa de las Quemaduras en Chile” de Coaniquem, en 2013 se seguían quemado más de 80 mil niños cada año.
Durante el invierno aumenta este potencial peligro debido a estufas prendidas por largas horas, una mayor necesidad de calentar el agua para bañar a niños pequeños, uso de guateros, mayor consumo de líquidos calientes, entre otras razones.
“Por lejos, la causa más frecuente de quemaduras en los pacientes hospitalizados graves durante el invierno son los líquidos calientes”, explica la Dra. Valentina Broussain, cirujana plástica pediátrica de Clínica Universidad de los Andes, quien asimismo señala que en el caso de las atenciones ambulatorias, se debe tanto al agua caliente como al contacto con objetos calientes, como estufas y planchas.
¿Por qué aumenta el riesgo de sufrir quemaduras durante el invierno?
La especialista enfatiza que “durante las vacaciones ocurren algunas situaciones que hacen más frecuente estos accidentes. Por ejemplo, los niños pasan más tiempo en el hogar, hay mayor hacinamiento, el frío incita a tener estufas prendidas por largo tiempo y existe un mayor consumo de líquidos calientes y uso de guateros”.
Y los lugares de vacaciones también pueden convertirse en un potencial peligro. “Hay que prestar especial atención cuando se traslada a un lugar donde puede haber una forma diferente de calefacción, como salamandras, chimeneas o fogones, a las cuales los niños no están habituados y, por tanto, no son capaces de prever su potencial peligro”.
La sugerencia para estas vacaciones de invierno es hacer una lista de los potenciales peligros en la casa relacionados con la calefacción y el agua caliente, y tomar medidas para que no se transformen en un accidente.
¿Qué hacer ante una quemadura en niños?
- Lo primero es aplicar agua fría en la quemadura inmediatamente, durante 10 a 15 minutos, y jamás utilizar hielo.
- En el caso de que la quemadura sea con fuego y haya llamas sobre el niño o la ropa esté ardiendo, se debe apagar cubriéndolo con una manta o haciéndolo rodar por el suelo. Después de eso, hay que enfriar con agua.
- No se debe retirar la ropa sobre el área quemada si no está pegada a la piel.
- No aplicar sobre la quemadura cremas, ungüentos ni remedios caseros (clara de huevo, tomate, cebolla, mantequilla, etc.).
“Si el paciente solo presenta piel enrojecida, sin ampollas, se recomienda observar la evolución de esta. Sin embargo, si existen ampollas que estén indemnes o que se hayan roto, dejando áreas cruentas (conocido coloquialmente como carne viva), es necesario cubrir con un paño limpio y trasladarse de inmediato al centro asistencial más cercano”, sostiene la Dra. Karen Apablaza, Coordinadora de Urgencia Pediátrica de Clínica Universidad de los Andes.
En el Servicio de Urgencia será evaluada la magnitud, localización y profundidad de la lesión, determinando la necesidad de una eventual hospitalización. Asimismo, se administrarán analgésicos y se realizará una curación con técnica estéril, ya sea en una sala de procedimientos o en pabellón, si la lesión es de mayor magnitud.
“Dependiendo de su gravedad, las quemaduras pueden provocar desde la muerte del paciente hasta una hospitalización prolongada, desfiguración y discapacidad que pueden estigmatizar a los niños. Por esto, la invitación es a poner especial atención a todos los factores que permitirían evitar una quemadura”, concluye la cirujana pediátrica.