Riesgos de la automedicación
Existe una amplia oferta de medicamentos, que van desde los más simples como analgésicos y antiinflamatorios, a los más complejos como antibióticos y psicotrópicos. Pese a que la lista es larga, muchos se consumen sin supervisión médica adecuada, en base a recomendaciones de terceros, a antiguas prescripciones por síntomas similares o porque se dispone de ellos en la casa.
El Dr. Carlos Rivera, jefe de la Unidad de Urgencia de Clínica Universidad de los Andes, explica que es muy importante estar bien informados con respecto a los riesgos que puede ocasionar una automedicación propia o a otras personas, especialmente cuando se trata de niños, personas mayores o que ya usan otros medicamentos en forma habitual.
Agrega que “existe un alto número de consultas por el uso inadecuado de fármacos, entre los que destacan los antibióticos, psicotrópicos, antiespasmódicos, antinflamatorios y laxantes. En general existe una falsa sensación de seguridad y desconocimiento de los riesgos asociados que pueden ser incluso mortales. Además, muchos pacientes no consideran los efectos secundarios, que no siempre se especifican adecuadamente en los envases o simplemente omiten esa lectura”.
Entre los principales riesgos están:
- Intoxicaciones.
- Náuseas.
- Diarrea.
- Gastritis.
- Falta de efectividad.
- Dependencia.
- Adicción.
- Interacción con otros medicamentos.
No todas las personas reaccionan igual, no siempre los síntomas similares significan enfermedades similares, y un error en el diagnóstico basado solo en presunciones, comentarios o búsquedas en algún sitio inapropiado, pueden ocasionar serios problemas. Por eso, el especialista señala que es un error pensar que, si un medicamento le sirvió a un familiar o un amigo, también le sirve a uno. Otro mito es creer que los fármacos que se venden sin receta son inocuos. Por eso es vital que el consumo de medicamentos sea recomendado por un médico.
La intolerancia o interacciones entre medicamentos no son infrecuentes en los casos de automedicación. Eso significa que algunos fármacos pueden inactivar o aumentar los efectos de otros, lo que puede ser muy peligroso y condicionar intolerancias, intoxicaciones, no respuesta o nuevos riesgos para la salud. Es obligación siempre revisar la historia del paciente, las enfermedades o comorbilidades que tenga, la dieta, las actividades que realiza y, sobre todo, los fármacos que consume en forma habitual. Todos ellos pueden provocar problemas al momento de auto prescribirse y una omisión significar exacerbación de síntomas, molestias o nuevos problemas.
El Dr. Rivera asegura que, para un buen uso de la mayoría de los fármacos, como es el caso de los antibióticos, es imprescindible ser evaluado por un médico y es adecuado exigir la receta médica.
La automedicación de este tipo de fármacos genera resistencia bacteriana que afectan no solo al paciente, sino que constituyen un riesgo para la población pues algunos gérmenes se hacen resistentes a los fármacos de uso habitual y requieren luego escalar en terapias más costosas, complejas, de uso exclusivo de hospitales e incluso algunos ya no tienen terapias que funcionen.
Un error importante que cometen muchas personas es que cuando sienten síntomas parecidos a los que han tenido en otras oportunidades, comienzan a tomar el mismo medicamento. Otro mal hábito es que, si olvidaron una dosis, se toman las dos juntas. Eso es un comportamiento inadecuado que puede generar un efecto tóxico en el organismo.
Ser consciente de que los medicamentos tienen componentes que pueden generar complicaciones por un mal uso, es la clave para consumirlos responsablemente, y siempre con la orientación de un especialista.