Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Síndrome de intestino irritable: una enfermedad que debe visibilizarse

Si bien es de las patologías digestivas más frecuentes, sigue siendo poco comprendido y muchas veces postergado por asociarse erróneamente solo a estrés o a causas emocionales.
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Aunque se estima que entre un 10 y un 30% de la población mundial sufre de síndrome de colon irritable, esta sigue siendo una de las condiciones médicas más incomprendidas y postergadas, tanto por pacientes como por profesionales de la salud.

En gran parte, esto ocurre porque durante años se ha asociado erróneamente solo a factores psicológicos o nerviosos, lo que ha contribuido a hacerla más invisible.

Una condición real que impacta en la calidad de vida

El síndrome de intestino irritable es un trastorno del eje cerebro-intestino que tiene como principal síntoma el dolor abdominal asociado a un cambio del hábito intestinal normal, como diarrea, estreñimiento o ambos. Aunque no causa daño permanente en el colon, ni aumenta el riesgo de enfermedades más graves, sí puede tener un impacto importante en la calidad de vida: limitar la vida social, alterar el rendimiento laboral e incluso afectar la salud mental.

“Muchos pacientes tienden a minimizar lo que sienten o no consultan porque creen que es algo pasajero o producto del estrés. Pero es una enfermedad real, con una base fisiológica compleja que requiere un enfoque integral para su diagnóstico y tratamiento”, explica el Dr. Christian von Mühlenbrock, gastroenterólogo e integrante del Programa de Neurogastroenterología y Motilidad Digestiva de Clínica Universidad de los Andes.

 

Más allá del estrés: el rol del intestino y la flora intestinal

Durante los últimos años, la medicina ha avanzado significativamente en el estudio del eje intestino-cerebro, lo que ha permitido comprender mejor cómo se relacionan factores como la microbiota (flora) intestinal, la sensibilidad visceral, motilidad del tubo digestivo y el sistema nervioso central en esta condición.

“Sabemos que el estrés puede agravar los síntomas, pero no es necesariamente la causa del intestino irritable. Hoy existen tratamientos efectivos, desde ajustes en la alimentación y el estilo de vida, hasta medicamentos y terapias complementarias que permiten controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida”, señala el Dr. von Mühlenbrock.

El tratamiento es multidisciplinario y de largo plazo y por lo general involucra la atención del médico especialista y de otros profesionales de las áreas de nutrición, psicología y enfermería. Por eso es importante recibir una atención integral otorgada por un programa, como nuestro Programa de Neurogastroenterología y Motilidad Digestiva.

Entre las estrategias más recomendadas se encuentran:

  • Medicamentos que actúan en el dolor y neuronas del tubo digestivo (neuromoduladores)
  • Tratamientos acotados con dietas bajas en carbohidratos de difícil absorción, como legumbres, lácteos y algunas frutas y verduras
  • Uso de probióticos específicos
  • Acompañamiento psicológico en casos seleccionados
  • Seguimiento médico regular para ajustar los tratamientos según la evolución del paciente

El Dr. von Mühlenbrock hace el llamado a visibilizar esta enfermedad, derribar prejuicios y fomentar el diagnóstico oportuno: “el enfoque en nuestro Programa está centrado en el paciente, y entendemos que cada caso es distinto. Lo importante es que quienes presentan síntomas persistentes no se queden con la idea de que ‘todo está en su cabeza’. Hay mucho que se puede hacer”.

 

Profesionales que participaron en esta nota

Dr. Christian von Mühlenbrock

Medicina Interna - Gastroenterología Adulto - Endoscopía Digestiva - Esófago

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