Una nueva mirada al Síndrome de Down
El síndrome de Down es una condición genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él. Las personas con síndrome de Down tienen tres cromosomas en el par 21 en lugar de los dos que existen habitualmente; por ello, este síndrome también se conoce como trisomía 21.
La existencia de un cromosoma 21 extra puede asociarse a determinados problemas de salud o problemas cognitivos.
La Dra. Lorena Yates, pediatra de Clínica Universidad de los Andes, señala que desde el punto de vista médico “los niños con síndrome de Down tienen mayor riesgo de patologías asociadas como cardiopatías congénitas, hipotiroidismo, alteraciones hematológicas, entre otros. Por esto, es esencial el diagnóstico y detección precoz para lograr un tratamiento adecuado que evite complicaciones futuras. Todo esto lo realizamos con acuciosos análisis y evaluaciones en cada control sano de nuestros pacientes”.
Para crear conocimiento sobre esta condición, cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down. Este año, el lema es “Poner fin a los estereotipos”, el cual hace énfasis en cuánto puede dificultar el desarrollo de quienes tienen síndrome de Down el que los traten diferente, los excluyan y subestimen.
Conoce el testimonio de Pía Urrutia, asistente administrativa de nuestra Clínica:
La importancia de la estimulación
Los niños con este síndrome pueden tener capacidades diferentes y retraso del desarrollo psicomotor, por lo que la intervención temprana para potenciar sus habilidades es muy importante.
La especialista indica que la estimulación precoz tiene por objetivo enseñar habilidades para el aprendizaje y comportamiento, teniendo su mayor efectividad dentro de los primeros años de vida. El objetivo es desarrollar al máximo sus capacidades y autonomía, para lograr la mejor adaptación posible al entorno.
“Los niños con Síndrome de Down se benefician del trabajo realizado por un equipo multidisciplinario compuesto por un pediatra de cabecera, especialistas, equipo de rehabilitación en conjunto con fundaciones y grupo de apoyo de padres y cuidadores”, señala la Dra. Yates.
Inclusión completa en la sociedad
La inclusión es posible en la mayoría de las personas con Síndrome de Down, ya que desarrollan una adecuada independencia y autonomía para integrarse a la sociedad y al mundo laboral.
La pediatra afirma que “es primordial que los equipos médicos, la familia y la comunidad lo entiendan así, para facilitar un entorno social adecuado a sus demandas. Desde el punto de vista médico, podemos apoyar a la inclusión de un niño con Síndrome de Down, asegurándole una atención médica de calidad, centrada en el acompañamiento de los padres y la familia, brindándoles apoyo con un equipo multidisciplinario que tiene como fin potenciar su desarrollo. Además, debemos transmitir y mostrar a la sociedad sus potencialidades y defender la igualdad de derechos y oportunidades que deben tener”.
Es así como son varios los hitos que han logrado cambiar el concepto que se tenía de los pacientes con Síndrome de Down. Por un lado, gracias a los avances en medicina y terapias de rehabilitación se ha podido optimizar su desarrollo y autonomía y, por otro, las organizaciones de padres y fundaciones que han permitido lograr la inserción laboral y social.
Actualmente, los niños y adolescentes con Síndrome de Down tienen las oportunidades necesarias para lograr un adecuado desarrollo, “pero debemos seguir luchando por sus derechos e inclusión completa en la sociedad”, indica la especialista.