Síntomas para reconocer si tiene problemas a la próstata
La próstata es una glándula masculina ubicada debajo de la vejiga. Con el paso de los años, puede crecer hasta llegar a generar una obstrucción en la uretra, lo cual dificulta la habilidad para orinar. Esta enfermedad, conocida como hiperplasia prostática, afecta sólo a hombres y principalmente mayores de 40 años, no se puede evitar, pero existen síntomas para identificarla y comenzar el tratamiento lo antes posible:
- Levantarse muchas veces a orinar en las noches
- Disminución de la fuerza del flujo de orina
- Goteo terminal
- Sensación de no haber vaciado bien la vejiga
- Urgencia al orinar.
En algunos casos extremos, la enfermedad puede manifestarse con algunas complicaciones derivadas de ella. Por ejemplo, retención urinaria (imposibilidad de orinar), sangre en la orina, infecciones urinarias, insuficiencia renal, entre otras.
“Esta enfermedad que desgraciadamente no se puede prevenir, por lo que es importante estar atentos a los síntomas y consultar oportunamente” afirma el Dr. Fernando Coz, urólogo de Clínica Universidad de los Andes. De esta forma, se puede comenzar con el tratamiento adecuado tempranamente, el cual va a depender de la etapa en que se encuentre la hiperplasia prostática.
Si los síntomas son leves, no es necesario empezar con tratamiento de inmediato. Cuando comienza a afectar la calidad de vida y, por ejemplo, obliga al paciente a levantarse durante las noches, se pueden utilizar medicamentos orales que alivian los síntomas.
Cuando esta última indicación ya no funciona o se presentan complicaciones, será necesario cirugía, la que se puede realizar en forma endoscópica (a través de la uretra) o a través de cirugía abierta. En la actualidad el empleo del láser para la vaporización y enucleación de la hiperplasia prostática permite abreviar los tiempos de hospitalización y convalecencia. La fotovaporización con láser verde suele requerir una hospitalización de no más de 24 horas.
Los exámenes para diagnosticar la hiperplasia prostática son fáciles de realizar y no invasivos. No obstante, el crecimiento de la próstata que resulta en esta enfermedad debe diferenciarse del cáncer de próstata a través de dos exámenes: tacto rectal y examen de sangre llamado antígeno prostático específico.