“Tener a Sara en nuestros brazos es una bendición”
Debido a una incompetencia cervical, Dominic Barr tuvo que seguir un exigente tratamiento y pasar parte de su embarazo hospitalizada.
Para Dominic Barr y Diego Pavez no fue fácil convertirse en padres. Tuvieron dos pérdidas, tras lo cual recibieron el diagnóstico de incompetencia cervical, que es una condición que impide al cuello del útero permanecer cerrado hasta el final del embarazo, por lo que se abre y origina un aborto espontáneo o un parto prematuro.
Cuando se produjo el tercer embarazo, buscaron al Dr. Enrique Oyarzún para que les ayudará a evitar una nueva pérdida. Con ese objetivo, el especialista les propuso realizar un cerclaje a las 12 semanas de gestación, que es una intervención para suturar el cuello del útero.
“En esa oportunidad comprobamos que el cuello uterino no estaba en buenas condiciones y decidimos realizar una técnica diferente, que consiste en colocar una segunda sutura, ocluyendo el orificio cervical externo del cuello uterino, de modo de reducir la posibilidad de infecciones”, explica el especialista.
Alrededor de las 20 semanas, Dominic presentó contracciones uterinas y acortamiento importante del cuello uterino, lo que significaba un alto riesgo de parto prematuro. Frente a esto, se decidió hospitalizarla para que tuviera el reposo y los cuidados necesarios, además de diferentes terapias médicas para retrasar todo lo posible el parto, el cual finalmente se produjo en la semana 29.
Con el nacimiento de Sara, que midió 40 centímetros y pesó 1,620 gramos, Dominic y Diego vieron hecho realidad su sueño de ser padres. Y es que si bien la niña tendrá que pasar un par de meses bajo los cuidados del equipo de Neonatología, se encuentra en perfecto estado.
“Por supuesto que habría querido llegar a término con mi embarazo. Pero dadas las perspectivas, tener a Sara en nuestros brazos es una bendición. Ella está bien, ha tenido una buena evolución, respira sola y cada día registra algún pequeño progreso, los que nos tiene muy contentos”, cuenta Dominic.
Cuando se produjo el tercer embarazo, buscaron al Dr. Enrique Oyarzún para que les ayudará a evitar una nueva pérdida. Con ese objetivo, el especialista les propuso realizar un cerclaje a las 12 semanas de gestación, que es una intervención para suturar el cuello del útero.
“En esa oportunidad comprobamos que el cuello uterino no estaba en buenas condiciones y decidimos realizar una técnica diferente, que consiste en colocar una segunda sutura, ocluyendo el orificio cervical externo del cuello uterino, de modo de reducir la posibilidad de infecciones”, explica el especialista.
Alrededor de las 20 semanas, Dominic presentó contracciones uterinas y acortamiento importante del cuello uterino, lo que significaba un alto riesgo de parto prematuro. Frente a esto, se decidió hospitalizarla para que tuviera el reposo y los cuidados necesarios, además de diferentes terapias médicas para retrasar todo lo posible el parto, el cual finalmente se produjo en la semana 29.
Con el nacimiento de Sara, que midió 40 centímetros y pesó 1,620 gramos, Dominic y Diego vieron hecho realidad su sueño de ser padres. Y es que si bien la niña tendrá que pasar un par de meses bajo los cuidados del equipo de Neonatología, se encuentra en perfecto estado.
“Por supuesto que habría querido llegar a término con mi embarazo. Pero dadas las perspectivas, tener a Sara en nuestros brazos es una bendición. Ella está bien, ha tenido una buena evolución, respira sola y cada día registra algún pequeño progreso, los que nos tiene muy contentos”, cuenta Dominic.