¿Qué es la espondilitis anquilosante?
La espondilitis anquilosante es el prototipo de espondiloartritis, enfermedad que afecta a la columna en todos sus segmentos y a las articulaciones sacroilíacas, produciendo inflamación y osificación de partes blandas, llevando con el tiempo a la fusión de los cuerpos vertebrales con intenso dolor y rigidez.
Se desconoce qué la causa, sin embargo, se sabe que existe relación con ser portador de un gen presente en el 90% de los casos: el HLA-B27, asociado al sistema inmune. Sin embargo, son pocas las personas portadoras de este gen que presentan la enfermedad. Su prevalencia va entre el 0,1 y 1,4%, especialmente en países nórdicos de Europa y áreas del norte de América.
Suele comenzar en la parte baja de la espalda para ir progresando hacia las zonas dorsal y cervical. También puede inflamar otras articulaciones, como hombros, caderas, rodillas y tobillos.
Es una patología de igual prevalencia en ambos sexos, sin embargo, los hombres presentan con más frecuencia las formas más agresivas con anquilosis importante de columna.
Los principales síntomas de la espondilitis anquilosante son:
- Dolor por más de tres meses en la espalda, principalmente en la parte baja
- Dolor de glúteos, en forma alternante
- Buena respuesta a los antinflamatorios no esteroidales (AINES)
- Rigidez de la zona baja de la columna
- Dolor que aumenta al estar en reposo y disminuye con la actividad
- Dolor en planta de los pies, talones, tendones aquilianos, partes blandas de la pelvis y parrilla costal
- Ojo rojo (uveítis)
El Dr. Alejandro Badilla, reumatólogo de Clínica Universidad de los Andes, explica que “lo más frecuente es que los síntomas se vayan desarrollando de manera progresiva por un largo período de tiempo, incluso varios años. Su diagnóstico desafortunadamente demora mucho tiempo, en promedio nueve años. Esta patología también puede comprometer otros órganos como los ojos (uveítis), corazón (válvula aórtica), el intestino y también el metabolismo óseo (osteoporosis)”.
El diagnóstico de la enfermedad es clínico, apoyado en exámenes de sangre que, por lo general, demuestran inflamación, la presencia de HLA-B27 e imágenes como radiografías y resonancia nuclear magnética.
La enfermedad es de curso crónico y su tratamiento contempla intervenciones no farmacológicas como la kinesiología, fármacos y cirugía en casos avanzados.
“Tradicionalmente esta enfermedad se trataba con AINES y drogas similares a la de artritis reumatoide, cuando había inflamación de articulaciones fuera de la columna. Desde inicios del 2000, se han ido desarrollando drogas biológicas que han mejorado notablemente el proceso inflamatorio, incidiendo en forma dramática en la calidad de vida de los pacientes”, afirma el especialista.
En cuanto al proceso de osificación que lleva a la rigidez permanente, agrega, es menos claro, sin embargo, estudios en que los pacientes se han tratado de manera precoz y por muchos años han demostrado una tendencia a disminuir su progresión.
En octubre, mes de las enfermedades reumáticas, el Dr. Badilla señala que es “importante tener presente esta enfermedad menos conocida que otros tipos de reumatismos. Además, los médicos generales y traumatólogos que son la puerta de entrada de las consultas deben derivar precozmente a estos pacientes”.
El Dr. Alejandro Badilla, en conjunto con el área de Comunicaciones de la Clínica, diseñó un Test de Dolor Lumbar, un cuestionario autoaplicado que ayuda en la pesquisa oportuna. Te invitamos a realizarlo.