Clínica Universidad de los Andes / Noticia

Vivir bien con asma sí es posible

Con una terapia adecuada y personalizada se puede tener una vida normal y sin crisis.
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El asma es una de las principales patologías no transmisibles. Afecta a millones de personas en el mundo y ha causado la muerte de miles cada año. Se da tanto en adultos como en niños, siendo la enfermedad crónica más habitual en la población infantil.

Esta patología respiratoria consiste en una inflamación crónica y una respuesta hiperreactiva de la vía aérea distal. Esto obstruye el flujo de aire al respirar, originando silbidos, sensación de opresión en el pecho, cansancio, tos y dificultad para respirar.

Se estima que el 7% de los adultos con asma tiene la forma grave de la enfermedad y ven muy afectada su calidad de vida. Esto ocurre cuando no está bien controlada.

“Con los tratamientos adecuados y el monitoreo correcto, el asma puede controlarse. El objetivo es ayudar a los pacientes a tener una vida sin mayores restricciones. Así, pueden hacer deporte y reducir al máximo los efectos secundarios de la medicación", dice la Dra. María Teresa Parada, médico broncopulmonar del Programa de Asma Bronquial Severa

Asma grave no controlada: un nuevo enfoque para mejorar la calidad de vida

Aproximadamente, 20% de los adultos que tiene asma bronquial presenta un cuadro de difícil control debido a que habitualmente tienen comorbilidades, como rinitis, rinosinusitis, tabaquismo, reflujo gastroesofágico, obesidad. Pero, si se corrigen estas condiciones, se facilita el control del asma.

Sin embargo y a pesar de controlar todos esos factores anexos, algunas personas siguen presentando cuadros asmáticos intensos: "se trata del asma grave, que afecta a alrededor de 7% de los adultos. Son quienes llegan a urgencia, a unidades de tratamientos intensivos, los que necesitan licencias, no pueden trabajar y requieren de altas dosis de corticoides orales, y pueden morir por esta causa. Tiene una pésima calidad de vida. Pero no tienen por qué vivir así”, enfatiza la Dra. Parada.

Estos casos se tratan con corticoides inhalados en dosis altas, broncodilatadores de acción prolongada y, además, corticoides orales frecuentes. “Para nosotros, lo más importante es que el paciente deje de usarlos. Estos son antiinflamatorios con efectos secundarios, como diabetes, osteoporosis, hipertensión, obesidad y aumentar el riesgo de infecciones”, asegura la especialista.

Por eso se han investigado otras opciones terapéuticas, como el uso de medicamentos biológicos. Estos actúan en función de marcadores de la inflamación. Para esto, se evalúa qué marcador tiene la persona y el fármaco va directo a esa célula, sin afectar al resto. Así ocurre con el asma eosinofílica, caracterizada por altos niveles de eosinófilos en la sangre y vía aérea, un tipo de célula inmunitaria que contribuye a la inflamación de las vías respiratorias. Estos fármacos actúan directamente sobre ellos para reducir su impacto en la función pulmonar.

Uno de los medicamentos más utilizados en estos casos es el mepolizumab, tratamiento subcutáneo que ha mostrado buenos resultados en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, algunos pierden su efectividad con el tiempo, lo que obliga a buscar nuevas opciones.

Actualmente, estamos participando en un estudio que evalúa la efectividad de cambiar mepolizumab a benralizumab, ya que este último actúa eliminando por completo los eosinófilos, con una administración menos frecuente (cada dos meses en lugar de mensual).

Los resultados preliminares han sido alentadores:

  • Reducción significativa del número de crisis asmáticas, incluso durante el invierno.
  • Menor uso de corticoides orales.
  • Mejora en la calidad de vida.

El estudio es el primero en nuestro país en reportar datos sobre el cambio de medicamentos biológicos y representa una importante contribución al manejo del asma grave. Está dirigido a mayores de 15 años que no logran controlar la enfermedad con la terapia bien llevada, y que tienen los marcadores de inflamación descritos.

Profesionales que participaron en esta nota

Dra. María Teresa Parada Correa

Enfermedades Respitatorias Adulto - Endoscopía Respiratoria Adulto

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