Actualización al 2020
La tartamudez o disfemia afecta al 1% de la población, tiene una edad de inicio entre los 2 y los 7 años de edad.
La tartamudez es un trastorno del habla que conlleva problemas considerables de fluidez y continuidad del habla. Las personas que tartamudean saben lo que quieren decir, pero presentan dificultades para hacerlo. Pueden repetir, prolongar o bloquear una palabra, una sílaba, una consonante o una vocal.
Entre los 2 y los 5 años, cuando ocurre una gran explosión del lenguaje es común que se presenten episodios de tartamudez en niños, frente a esto no es necesario iniciar un tratamiento en específico. Sin embargo, si estas características continúan o significan un estrés para el niño que impide que se pueda comunicar es importante ingresar a tratamiento.
- Dura más de 6 meses.
- Afecta la capacidad de comunicarse efectivamente en diferentes contextos.
- Dificultad para comenzar una palabra, oración o frase.
- Prolongación de una palabra o sonido dentro de una palabra.
- Repetición de un sonido, sílaba o palabra.
- Tensión excesiva, rigidez o movimiento de la cara o la parte superior del cuerpo para pronunciar una palabra.
- Ansiedad por hablar.
Las causas posibles de la tartamudez del desarrollo pueden ser:
- Anomalías en el control del habla: pueden intervenir anomalías en el control motor del habla, como la coordinación temporal, sensorial y motora.
- Genética: la tartamudez puede producirse a causa de anomalías hereditarias, es decir, el tartamudeo tiende a ser hereditario.
- Accidente cerebrovascular, lesión cerebral o traumática: puede provocar que el habla presente una disminución en su velocidad, presencia de pausas o repetición de sonidos.
- Características emocionales: algunas personas pueden tartamudear cuando están nerviosas o se sienten presionadas.
- Terapia del habla: enseña a reducir la velocidad del habla y a detectar cuándo se tartamudea.
- Terapia cognitiva conductual: este tipo de psicoterapia enseña a identificar y a modificar las formas de pensamiento que empeoran la tartamudez. También resuelve problemas de estrés, ansiedad o autoestima vinculados a este trastorno.
- Interacción padres-hijos: la participación en la práctica de técnicas en el hogar es fundamental para ayudar a los niños a ayudar a los niños.